Por CÉSAR GARCÍA, Associated Press
BOGOTÁ (AP) — El excandidato presidencial Sergio Fajardo, quien quedó tercero en las elecciones de Colombia, anunció el jueves que votará en blanco para la segunda ronda que se realizará el 17 de junio.
En un comunicado Fajardo, profesor y exalcalde de la ciudad de Medellín, señaló que “en la primera vuelta hicimos un esfuerzo extraordinario, con alegría y sin rencores, para ganar un lugar en la segunda. Pero a pesar de que avanzamos mucho la ciudadanía escogió a Iván Duque y a Gustavo Petro para que definan quién va a ser el presidente. Yo, Sergio Fajardo, voy a votar en blanco”.
Agregó que su decisión se basa en que “ninguno de los dos representa lo que nosotros queremos para Colombia”.
Fajardo sostuvo que las casi 4,6 millones de personas que votaron por él “son ciudadanos libres, serenos, atentos, pensantes, críticos. No siguen simplemente órdenes. Para nosotros el voto no es una obligación, es una convicción”.
Duque, del partido Centro Democrático, obtuvo casi 39% de los votos pero quedó lejos del umbral de 50% que habría evitado la segunda ronda, que se celebrará en tres semanas. El exguerrillero Petro, del Movimiento Progresista, recibió 25% de los sufragios superando a Fajardo.
El enfrentamiento entre Duque y Petro podría tener implicaciones más amplias para el acuerdo de paz que puso fin a más de cinco décadas de conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que dejaron al menos 250.000 muertos, 60.000 desaparecidos y más de siete millones de desplazados.
Duque promete modificar el divisivo pacto para garantizar que el narcotráfico no sea un delito impune y que los líderes guerrilleros que no han hecho reparaciones a las víctimas no puedan acceder a un cargo público. El acuerdo actual permite que los antiguos combatientes que confesaron sus crímenes eviten la cárcel y puedan formar parte de la vida política.
Por su parte, Petro ha sido comparado por los críticos con el fallecido líder socialista venezolano Hugo Chávez, de quien era admirador. El aspirante presidencial apoya el acuerdo de paz y ha congregado a los votantes jóvenes enojados por la arraigada corrupción y la desigualdad. Pero sus críticos advierten que su ascenso podría hacer virar a Colombia hacia la izquierda y sacudir los mercados en una nación tradicionalmente conservadora.