PERTH, Australia (AP) — Las autoridades australianas confían en que las señales detectadas en el fondo del océano Indico proceden de las cajas negras del avión malasio perdido, dijo el viernes el primer ministro, lo cual aumenta las esperanzas de que pueda resolverse uno de los misterios de aviación más desconcertantes de todos los tiempos.
Tony Abbott dijo a la prensa en Shanghai, China, que los barcos y aviones han concentrado su búsqueda del Boeing 777 desaparecido de Malaysia Airlines en una zona más específica, para ubicar la fuente de las señales detectadas el sábado por primera vez.
«Hemos estrechado mucho la zona de búsqueda y tenemos mucha confianza en que las señales que detectamos provienen de la caja negra del vuelo MH370», dijo Abbot.
«Sin embargo, hemos ingresado en la etapa en la que han comenzado a menguar las señales de lo que tenemos mucha seguridad es la caja negra», agregó.
«Tenemos confianza en conseguir tanta información como nos sea posible antes de que expire la señal», afirmó.
La recuperación de las cajas negras, es decir de las grabadoras con la información de vuelo y de las voces en cabina, podría ser la clave para resolver el misterio en torno a lo ocurrido al Boeing 777, por qué se perdió la comunicación y se salió de su ruta con 239 personas a bordo cuando desapareció el 8 de marzo durante un viaje de Kuala Lumpur, Malasia, a Beijing, China.
Los equipos de búsqueda están en una carrera contra el reloj para encontrar las cajas negras, debido a que las baterías que suministran energía a sus balizas de localización duran aproximadamente un mes y la desaparición del avión ocurrió hace más de ese tiempo.
Encontrar las cajas negras una vez que cesen las señales será extremadamente difícil porque el océano en la zona alcanza una profundidad de 4.500 metros (15.000 pies).
El barco australiano Ocean Shield, que remolca un aparato de la Armada estadounidense que detecta señales de las cajas negras, captó dos provenientes del fondo del mar el sábado, que después se determinó coincidían con las que emiten los registros de los aviones. El martes se detectaron otros dos sonidos en la misa zona.
«Tenemos la seguridad de que conocemos que la posición de la grabadora de la caja negra se ubica en un rango unos cuantos kilómetros», dijo Abbot.
«Sin embargo, la seguridad en la posición aproximada de la caja negra no es lo mismo que recuperar los restos del aparato a una profundidad de 4,5 kilómetros bajo el mar o determinar definitivamente lo ocurrido en el vuelo», agregó.
Abbott también se reunió el viernes con el presidente chino Xi Jinping en Beijing, y le informó sobre la búsqueda. Dos tercios de los pasajeros a bordo del vuelo 370 eran chinos, y sus parientes han sido muy críticos con el manejo que el gobierno malasio ha dado a la crisis.
«Este será un proceso largo, lento y meticuloso», le dijo Abbot a Xi.
Un avión P-3 Orion de la fuerza aérea australiana, que dejó caer boyas de sonar en el mar cerca de donde el Ocean Shield captó las señales, detectó el jueves otra posible señal.
Sin embargo, Angus Houston, coordinador de la búsqueda del Boeing 777 desaparecido, dijo en un comunicado que se había determinado tras una evaluación inicial que esa señal no estaba relacionada con la caja negra del aparato. La búsqueda se efectúa en una zona distante de la costa oeste de Australia.
Las boyas de sonar tienen cada una un dispositivo de escucha hidrofónico que cuelga a unos 300 metros (1.000 pies) de profundidad desde la superficie. Estos aparatos transmiten su información por radio a un avión de búsqueda, dijo el comodoro de la Armada australiana, Peter Leavy.
El Ocean Shield intentaba el viernes detectar nuevas señales y los aviones Orion también continuaban la misión de búsqueda, dijo Houston.
El lecho marino donde se intenta ubicar al Boeing 777 perdido tiene unos 1.300 kilómetros cuadrados (500 millas cuadradas), casi el tamaño de la ciudad de Los Ángeles.
«Es vital recopilar tanta información como sea posible mientras que las baterías de las balizas de localización bajo el agua todavía estén activas», dijo Houston en un comunicado.
Los investigadores están tratando de determinar la ubicación exacta de la fuente de las señales a fin de poder enviar un sumergible robótico para buscar restos. Houston dijo el viernes que la decisión de enviar el submarino podría tomarse en «unos días».
El sumergible Bluefin 21 toma seis veces más tiempo para cubrir la misma área que el localizador remolcado por el Ocean Shield y tardaría entre seis semanas y dos meses para sondear la zona actual de búsqueda bajo el agua.
La profundidad del lecho marino en la zona de búsqueda complica las cosas. Las señales se producen desde unos 4.500 metros (15.000 pies) bajo de la superficie, que es la mayor profundidad a la que puede descender el Bluefin. El centro de coordinación de búsqueda dijo que estaba considerando opciones en caso de que se necesitará un submarino que pudiera descender a una mayor profundidad.
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Gelineau informó desde Sídney. Los periodistas de The Associated Press, Nick Perry, en Perth; Rod McGuirk, en Canberra, Australia, y Eileen Ng, en Kuala Lumpur, Malasia, contribuyeron a este despacho.
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