El Senado de Estados Unidos aprobó en la madrugada de este miércoles las reglas para el juicio político contra el presidente, Donald Trump, tras un debate de enmiendas que fueron rechazadas por los republicanos tras casi 13 horas de debate en donde los demócratas pretendían incluir pruebas y testigos al proceso.
Con 53 votos a favor y 47 en contra, las reglas marcan que tanto la acusación demócrata como la defensa de Trump tendrán cada una 24 horas divididas en tres jornadas para sus alegatos, que según está previsto empezarán este mediodía.
Pasados esos días, posiblemente el martes de la semana que viene, el Senado abrirá un turno de preguntas y respuestas y luego debatirá si extiende el juicio político contra Trump con testigos que reclaman los demócratas o, por lo contrario, lo cierra por la vía rápida presumiblemente a favor del presidente.
La jornada de este martes, la primera del juicio, demostró la solidez del bloque republicano, que goza de mayoría absoluta en la Cámara Alta pese a que tan solo necesita mantener un tercio de los votos para absolver a Trump de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso de los que le acusan los demócratas por sus presiones a Ucrania.
Si los republicanos pretendían un juicio rápido desde el inicio, el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, emprendió una estrategia dilatoria con la introducción de una docena de enmiendas para modificar la propuesta de reglas presentada por los republicanos cuyo debate se alargó durante 13 horas.
Las reglas se aprobaron finalmente cerca de las 02.00 hora local (07.00 GMT) tras rechazar enmiendas que pedían, por ejemplo, la comparecencia del exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, o la inclusión de documentos del Pentágono y del Departamento de Estado.
Solo una de las enmiendas recibió -pese a ser rechazada- un voto favorable republicano, el de la senadora Susan Collins, quien se ha mostrado partidaria de ceder a algunas de las peticiones de los demócratas para el juicio.
La de este martes fue el preludio de una dinámica que se repetirá previsiblemente a lo largo del juicio político, un proceso guiado por el partido del presidente y abocado a acabar en su absolución a no ser que se produzca un improbable aumento del apoyo público al “impeachment” que obligue a algunos senadores republicanos a cambiar su voto.
El juicio político se basa en dos cargos, los de abuso de poder y obstrucción al Congreso, relacionados con las presiones de Trump a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en las elecciones de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.
Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden.