El secretario general de la OPEP, Mohammad Sanusi Barkindo, agradeció el jueves el apoyo durante su gestión del mandatario venezolano Nicolás Maduro y el haber promovido la unidad de esa organización, la cual permitió sortear diferentes dificultades que tuvieron efectos adversos en el mercado petrolero, incluyendo la pandemia de COVID-19.
“En nombre de la OPEP yo le agradezco profundamente por este liderazgo que usted ha demostrado”, dijo Barkindo, quien en agosto culmina su período de seis años en el puesto de secretario general.
“Usted fue un factor determinante para que la OPEP volviera a ser una fuerza coherente, una organización unida y sólida», agregó. «Luego hizo que otros países no OPEP se unieran a nosotros”, entre ellos Rusia.
Barkindo señaló que el presidente ruso Vladimir Putin le había dicho que la intervención de Maduro fue la causa de que Putin apoyara esa iniciativa acordada en 2016.
El secretario general también rechazó las sanciones contra Venezuela y cualquier otro país que afecten el suministro de hidrocarburos.
“Sancionar a Venezuela es sancionar al mundo”, aseveró Barkindo, destacando que cada barril que deja de exportar el gobierno del país sudamericano es uno menos para satisfacer las necesidades energéticas del planeta, y señaló que las reservas venezolanas están ahí en bien de la comunidad internacional.
El funcionario dijo que en la próxima década y más allá el petróleo y el gas seguirán representando más del 50% de la mezcla energética mundial, y consideró que no hay escenario que muestre de qué forma las energías renovables puedan reemplazar a los hidrocarburos.
Maduro, por su parte, manifestó que los recursos energéticos del mundo “deben salir de cualquier disputa política, cualquier disputa geopolítica… de cualquier tipo de sanciones”.
“Ya estamos viendo las pretendidas sanciones contra el petróleo y el gas ruso y el efecto bumerán contra la economía y la calidad de vida de Estados Unidos, de Europa y del mundo”, añadió.
Las duras sanciones estadounidenses destinadas a obligar a Maduro a dejar el poder —por considerar que fue reelecto en 2018 en unos comicios fraudulentos— también dificultan que el país sudamericano importe insumos para la producción de gasolina. Dichos insumos y derivados del petróleo necesarios para producir los combustibles otrora eran manufacturados en el país o importados de sus filiales en el extranjero, pero debido en gran medida al colapso de las petroquímicas estatales y la venta de sus activos en el Caribe y Europa, la petrolera estatal PDVSA se ha visto obligada a importarlos casi en su totalidad en años recientes.
Venezuela solía ser un rico país petrolero y posee las mayores reservas de crudo del mundo, pero desde hace más de un lustro experimenta una drástica caída en su producción de crudo y refinados, que se ha traducido en escasez por el deficiente suministro de combustibles y gas doméstico.
Los críticos del gobierno atribuyen el colapso de la industria petrolera a una mala gestión y la corrupción en PDVSA bajo la administración de los gobiernos socialistas del ahora fallecido presidente Hugo Chávez, y Maduro, su sucesor.
Las sanciones estadounidenses han obligado a Venezuela a depender de los envíos de países aliados, entre ellos Irán, otro adversario de Estados Unidos.
Fuente: AP