“Cuando asumió la presidencia de Chile en 1990 Patricio Aylwin, un demócrata cristiano, propuso a los chilenos acuerdos políticos con el fin de lograr mayor estabilidad y pacificación. Lamentablemente los parlamentarios de derecha cayeron en el juego y le dieron al gobierno de Aylwin una serie de franquicias que él utilizó. Esas franquicias permitieron que una serie de delincuentes terroristas marxistas fueran liberados de culpas, otros fueran favorecidos con leyes especiales con las cuales se les redujo las penas. A otros se les permitió cumplir el resto de las penas en el exterior. Y una vez que ellos lograron que toda su gente hubiera salido de los problemas legales que tenía, los gobiernos de la concertación iniciaron una ofensiva contra aquellas personas de las fuerzas armadas y de orden que habían enfrentado al terrorismo marxista y los empezaron a cuestionar en términos legales, haciendo uso de resquicios legales y de normas jurídicas que no tenían aplicación en nuestro país”.
“Esa ha sido la situación a grandes rasgos que se ha producido, donde se ha torcido el espíritu de la ley con el fin de favorecer a los terroristas y de perjudicar a aquellos que salvaron el país de las atrocidades cometidas en el gobierno de Allende”.
“Se habla mucho a nivel mundial de la violación de derechos humanos en Chile, y cuando se habla de esto, la gente en otros países que no conoce nuestra realidad, piensa que los muertos fueron muchos. Entre el año 1973 y 1990, en los 17 años del gobierno militar, el número de muertos totales por razones políticas, alcanzó a 3.200 personas. En Chile en una guerra civil en 1891, cuando la población era mucho menor, murieron 10 mil personas, vale decir, 3.200 en un período de 17 años no es una cifra alta”.
“Nos cuestionan países como España, cuando la guerra civil de ellos arrojó un millón de muertos. Eso es cuanto a cifras, se habla de derechos humanos violentados, pero nadie dice, y la prensa de izquierda lo oculta deliberadamente que de esos tres mil doscientas víctimas fatales, un millar, corresponden a funcionarios de las fuerza armadas y de orden. Vale decir el número de marxistas muertos fue ligeramente superior al doble de los uniformados muertos”.
“Se dio a la gente de izquierda facilidades enormes, durante el propio gobierno militar, en 1978, se dictó en Chile una ley de amnistía que rigió para unos y otros, pero sin embargo favoreció más a la gente de izquierda”.