Rusia rompió semanas de relativa calma en la capital ucraniana con el lanzamiento de misiles de largo alcance hacia Kiev a primera hora del domingo, una aparente demostración de fuerza del Kremlin mientras mandatarios occidentales se reúnen en Europa para ratificar su apoyo militar y económico a Ucrania.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, dijo que los misiles alcanzaron al menos dos edificios residenciales, y mataron a una persona e hirieron a otras seis, entre ellas una niña de 7 años y su madre. Los periodistas de The Associated Press vieron a trabajadores de emergencia luchando contra las llamas y rescatando a civiles de los edificios.
Los ataques también causaron daños en una guardería cercana, donde se veía un cráter en el patio.
Un funcionario local informó después una segunda muerte, diciendo a la agencia de noticias Unian que un trabajador de ferrocarriles murió y varios otros resultaron heridos en los ataques mientras daban mantenimiento a la infraestructura ferroviaria.
El portavoz de la fuerza aérea ucraniana, Yuriy Ignat, dijo que se trató de misiles de crucero Kh-101 disparados desde aviones de guerra sobre el Mar Caspio, a más de 1.500 kilómetros (932 millas) de distancia.
El alcalde de Kiev dijo a los periodistas que pensaba que los ataques aéreos eran “tal vez un ataque simbólico” antes de la cumbre de la OTAN que comienza el martes en Madrid. Un excomandante de las fuerzas estadounidenses en Europa dijo que los ataques también eran una señal para los líderes de las naciones del G7 que se reúnen el domingo en Alemania.
“Rusia está diciendo: ‘Podemos hacer esto todo el día. Ustedes son incapaces de detenernos’”, comentó el teniente general retirado Ben Hodges, ex comandante general de las fuerzas del ejército estadounidense en Europa. “Los rusos están humillando a los líderes de Occidente”.
Los mandatarios de los países del G7 se disponían a anunciar la última de una larga serie de medidas económicas internacionales para presionar y aislar a Rusia por la guerra en Ucrania: nuevas prohibiciones a las importaciones de oro ruso. Junto al canciller alemán Olaf Scholz, anfitrión de la reunión de tres días, Biden dijo que los ataques con misiles en Kiev eran “más de su barbarie”.
Un parlamentario ucraniano, Oleksiy Goncharenko, escribió en Telegram que la información preliminar indicaba que Rusia lanzó 14 misiles hacia la región de la capital y la propia Kiev, lo que indica que algunos fueron interceptados.
En una entrevista telefónica, el general retirado estadounidense Hodges dijo a The Associated Press que Rusia tiene existencias limitadas de misiles de precisión y “si los están usando, será para un propósito especial”.
Rusia ha negado haber atacado a civiles durante la guerra, y Hodges dijo que era difícil saber si los misiles lanzados el domingo tenían la intención de atacar los edificios de apartamentos.
Las fuerzas rusas intentaron hacerse del control de Kiev al principio de la guerra. Después de que las tropas ucranianas las repelieran, el Kremlin cambió en gran medida su enfoque hacia el sur y el este de Ucrania.
Los ataques rusos con cohetes en la ciudad de Cherkasy, a unos 160 kilómetros (100 millas) al sureste de Kiev, mataron a una persona e hirieron a cinco, dijo el domingo el gobernador regional Ihor Taburets.
En el este, las tropas rusas trataban de engullir el último bastión ucraniano que quedaba en la provincia de Luhansk con el propósito de consolidar sus avances. El gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai, dijo el domingo que Rusia estaba llevando a cabo intensos ataques aéreos sobre la ciudad de Lysychansk.
“Hay mucha destrucción. Lysychansk está casi irreconocible”, escribió en Facebook.
Durante semanas, Lysychansk y la cercana ciudad de Sievierodonetsk han sido objeto de una sangrienta y destructiva ofensiva por parte de las fuerzas rusas y sus aliados separatistas, cuyo objetivo es capturar toda la región oriental del Donbás en Ucrania.
Haidai confirmó el sábado que Sievierodonetsk había caído, incluyendo una planta química donde cientos de soldados y civiles ucranianos estaban escondidos.
Al comentar sobre la batalla por Sievierodonetsk, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo a última hora del sábado que las fuerzas separatistas y sus aliadas rusas controlan ahora no sólo la ciudad, sino también los pueblos que la rodean. Dijo que los militares rusos habían frustrado el intento de las fuerzas ucranianas de convertir la planta química de Azot en un “centro de resistencia”.
La captura de Lysychansk daría a las fuerzas rusas y separatistas el control de todos los asentamientos importantes de Luhansk.
En el frente económico, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, dijo que prohibir las importaciones de oro ruso supondría una importante escalada en las sanciones.
“Esa es la segunda exportación más lucrativa que tiene Rusia después de la energía”, declaró Blinken al canal de noticias estadounidense CNN. “Son unos 19.000 millones de dólares al año. Y la mayor parte está en los países del G7. Así que cortar eso, negar el acceso a unos 19.000 millones de dólares de ingresos al año, es significativo”.
Rusia está a punto de dejar de pagar su deuda externa por primera vez desde la revolución bolchevique de 1917, lo que alejaría al país aún más del sistema financiero mundial tras las sanciones internacionales impuestas por la guerra en Ucrania.
El país enfrenta una fecha límite el domingo por la noche para cumplir un periodo de gracia de 30 días en el pago de los intereses, que originalmente vencía el 27 de mayo. Pero podría tardar en confirmarse un impago.
Rusia califica de artificial cualquier impago porque tiene el dinero para pagar sus deudas, pero dice que las sanciones han congelado sus reservas de divisas en el extranjero.
Fuente: AP