“No hay duda de que el Ritalin, cuyo nombre genérico es metilfenidato, es una anfetamina. Tiene verdaderamente unos efectos muy positivos, solo en los procesos de atención, en niños que tienen déficit de atención e hiperactividad y regula muy bien la conducta, pero no se puede ignorar que es una droga y que es una droga que puede llevar a conductas desinhibidas, conductas extremas. Muchas personas que padecen el síndrome de atención e hiperactividad, también tienen tendencia a la llamada bipolaridad que antiguamente llamábamos psicosis maníaco-depresiva”.
“Si la persona cae en una fase maníaca y le damos una anfetamina que desinhibe la conducta, pues indudablemente el suicidio es un riesgo. Ese no es el único riesgo que tiene el metilfenidato en sus diferentes marcas. Es una anfetamina y hay que manejarlo con mucho cuidado, sobre todo si vemos en el individuo una tendencia a la depresión, que puede estar entonces enmascarando un síndrome bipolar”.
“Tendencia es tendencia. Yo creo que hay literatura suficiente como para que nos preocupemos un poco, para que advirtamos al público consumidor y a los médicos sobre todo que recetan esto. Muchos no tienen un entrenamiento formal en el área de psiquiatría o neurología, o pueden ser los pediatras por ejemplo, hay que tener cuidado y advertirles que están corriendo ese riesgo y sobre todo hay que vigilar que el individuo no tenga una tendencia a la depresión”.
