WASHINGTON (AP) — El extraordinario empeño republicano para anular la elección presidencial fue condenado el domingo por numerosos funcionarios y exfuncionarios de la misma corriente política que han advertido que el intento para sembrar dudas en la victoria de Joe Biden y mantener al presidente Donald Trump en el cargo está socavando la confianza de los estadounidenses en la democracia.
Trump ha conseguido el apoyo de una docena de senadores republicanos y hasta 100 representantes republicanos para impugnar la votación del Colegio Electoral cuando el Congreso se reúna en sesión conjunta para ratificar la victoria del presidente electo Joe Biden por 306-232.
Ante la asunción presidencial de Biden el 20 de enero, Trump ha intensificado sus acciones para impedir la tradicional transferencia del poder, destrozando al partido.
A pesar de las acusaciones de Trump de que hubo fraude electoral, las autoridades estatales han insistido en que las elecciones se celebraron sin contratiempos y no hubo pruebas de fraude ni otras irregularidades que pudieran cambiar el resultado. Los estados han certificado sus resultados y los describieron como claros y legítimos. De las más de 50 demandas presentadas por el presidente y sus aliados para impugnar el resultado de los comicios, casi todas fueron desechadas o retiradas. La Corte Suprema federal también ha asestado un par de reveses a Trump.
En una llamada difundida el domingo, puede escucharse a Trump cuando apremia a funcionarios en Georgia a que le “encuentren” más votos.
“Las elecciones 2020 han terminado”, dijo el domingo en un comunicado un grupo bipartidista de 10 senadores, entre ellos los republicanos Susan Collins, de Maine; Lisa Murkowski, de Alaska; Bill Cassidy, de Luisiana, y Mitt Romney, de Utah.
Los senadores escribieron que continuar los intentos para sembrar las dudas en la elección “contraviene la voluntad claramente manifestada del pueblo estadounidense y sólo sirve para socavar la confianza de los estadounidenses en los resultados electorales ya decididos”.
El gobernador de Maryland, el republicano Larry Hogan, dijo: “El plan de miembros del Congreso para rechazar la certificación de la elección presidencial constituye una burla hacia nuestro sistema y quiénes somos como estadounidenses”.
El ex presidente republicano de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo en un comunicado que “la victoria de Biden es totalmente legítima” y los intentos para sembrar la duda en los comicios “golpean los cimientos de nuestra república”.
La representante Liz Cheney, de Wyoming, la tercera republicana en jerarquía en la cámara baja, advirtió en un memorando dirigido a sus colegas que las objeciones a los resultados del Colegio Electoral “sientan un precedente excepcionalmente peligroso”.
Otros prominentes ex funcionarios también censuraron las actuales críticas contra los resultados electorales.
En un artículo de opinión en The Washington Post, los 10 ex secretario de defensa vivientes, la mitad de los cuales estuvo al servicio de mandatarios republicanos, exhortaron a las autoridades del Pentágono a que efectúen la transición hacia el nuevo gobierno de manera “total, cooperativa y transparente”.
También señalaron que las acciones para implicar a las fuerzas armadas de Estados Unidos en la solución de las disputas electorales “podría meternos en un territorio peligroso, ilegal e inconstitucional”.