Cada vez que Brasil anota un gol en casa, la muchedumbre corea “los campeones volvieron”.
Es un fenómeno relativamente reciente que ha ganado impulso solamente desde que Adenor Leonardo Bacchi — conocido como Tite — se convirtió en el técnico de la selección en septiembre del año pasado.
La llegada de Tite sigue a un período sombrío en el que los hinchas brasileños temían que su idolatrado equipo nacional no se clasificaría para la Copa del Mundo apenas cuatro años después de ser la sede del evento máximo del fútbol.
Pero con la racha invicta bajo Tite llegando a 12 partidos tras la victoria de 3-0 sobre Chile el martes en el último día de las eliminatorias sudamericanas, los pentacampeones han emergido como serios contendientes para el título en Rusia.
Los brasileños ya se habían clasificado en marzo y pudieron jugar relajados mientras otros seis países sudamericanos compitiendo por otros tres puestos directos en la Copa del Mundo y uno en un playoff intercontinental.
«Tite es responsable por el cambio y por nuestro gran momento”, dijo el lateral Dani Alves tras la victoria sobre Chile en Sao Paulo. “En lo que se refiere a tácticas, él está mucho más avanzado que cualquier otro técnico en Brasil. Es un excelente entrenador de jugadores también. Y va a ser clave para que mantengamos el impulso hasta la Copa del Mundo”.
Tite fue el favorito de los hinchas para asumir las riendas en junio del 2016 luego de una serie de malos resultados para Brasil bajo Dunga y una crisis ética en la confederación brasileña, con su presidente involucrado en escándalos de corrupción.
En aquello momento, Brasil tenía solamente nueve puntos en seis partidos y estaba fuera de las posiciones de clasificación para la Copa. Las actuaciones del equipo eran pobres, el astro Neymar estaba teniendo dificultades, jugadores creativos como Philippe Coutinho estaban quedando marginados y los hinchas seguían traumatizados por la derrota de 7-1 ante Alemania en semifinales de la Copa del Mundo del 2014.
La transformación en 12 meses fue impresionante. Y la selección de Tite hizo mucho más que meramente ganar en el terreno. Recuperó el apoyo de sus exigentes hinchas con victorias convincentes sobre Argentina y Uruguay.
Tite además le dio oportunidades a jugadores como el mediocampista Paulinho, que anotó seis goles en las eliminatorias, la misma cifra que Neymar, y fue firmado por Barcelona.
«El equipo de Tite me hizo seguir de nuevo a Brasil”, dijo Juliana Moritz, sicóloga. “Tras la Copa del Mundo del 2014 juré que no seguiría más a Brasil, era demasiado para mí. Ahora es diferente, tenemos talentos como Neymar y Gabriel Jesús y el técnico es un tipo bueno, competente”.
Tite alienta además el diálogo con los jugadores y dice que intercambia muchas ideas tácticas con el mediocampista del Guoan de Beijing Renato Augusto, que es un titular clave en su once.
El nuevo equipo de Brasil no depende más de un imponente número 9, con lo hizo el de Luiz Felipe Scolari en el 2014. En lugar de ello, Tite ha usado al hábil Gabriel Jesús, que ha anotado siete goles en la campaña eliminatoria.
Cuando fue contratado, Tite dejó claro que no pensaba que a Brasil le faltase talento, sino que tenía que encontrar un equilibrio.
Pese al éxito reciente, el equipo sigue siendo un proceso. Brasil no tiene un portero titular claro, ni suplentes obvios para jugadores como Alves, Marcelo y Coutinho.
En un esfuerzo para seguir mejorando, el equipo tiene programados partidos amistosos contra Japón, Inglaterra, Alemania y Rusia antes de la Copa de Mundo.
Fuente: Associated Press