Las regiones del este y sur de Ucrania que están bajo control ruso anunciaron el martes sus planes para empezar a votar esta semana para convertirse en parte de Rusia. Los esfuerzos coordinados y acelerados del Kremlin para sumar hasta cuatro regiones podrían allanar el terreno para que Moscú intensifique la guerra luego de una serie de éxitos ucranianos en el campo de batalla.
El anuncio de los referendos a partir del viernes en Luhansk, Jersón y en las regiones parcialmente controladas por Rusia de Zaporiyia y Donetsk, se producen después de que un aliado cercano del presidente ruso Vladimir Putin dijo que las votaciones son necesarias y en momentos en que Moscú pierde terreno en la invasión que emprendió hace casi siete meses, aumentando la presión sobre el Kremlin para que responda de forma contundente.
El expresidente Dmitry Medvedev, subdirector del Consejo de Seguridad que preside Putin, dijo que los referendos para integrar estos territorios a Rusia harían que el nuevo trazado de las frontera fuera “irreversible” y le permitirían a Moscú utilizar “cualquier medio” para defenderlos.
En 2014, Rusia envió soldados a la península de Crimea y luego celebró un referéndum que allanó el camino para que Moscú se anexara el territorio.
Es casi seguro que esos referendos, celebrados en territorio que Rusia ya controla, arrojarán el resultado deseado por Moscú. Pero ya han sido calificados de ilegítimos por los gobiernos de Occidente que respaldan a Kiev con ayuda militar y de otro tipo que ha ayudado a las fuerzas ucranianas a tomar impulso en los campos de batalla en el este y sur del país.
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, los etiquetó como una farsa y tuiteó que “Ucrania tiene todo el derecho de liberar sus territorios y seguirá liberándolos sin importar lo que diga Rusia”.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, criticó las votaciones previstas.
“Nunca reconoceremos este territorio como otra cosa que no sea parte de Ucrania”, dijo, añadió que las votaciones reflejan los reveses de Rusia en el campo de batalla.
“Estas no son las acciones de un país confiado. Estos no son actos de fuerza”, recalcó.
En Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de la ONU, el canciller alemán Olaf Scholz dijo; “Está muy, muy claro que no se pueden aceptar estos referendos falsos”.
Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que los planes para celebrar los referendos eran un acto “cínico”.
“Rusia declaró la guerra… y ahora explica que en esa misma región va a organizar un referéndum. Si esto no fuera trágico, podría ser gracioso”, comentó.
Los referendos no tendrían “consecuencias jurídicas”, añadió.
Las autoridades designadas por Rusia en las zonas ocupadas de cuatro regiones ucranianas habían esbozado planes para celebrar referendos sobre la adhesión a la Federación Rusa a finales de este mes.
El ministro de Asuntos Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics, pidió más sanciones contra Rusia y más armas para Ucrania: “Debemos decir no al chantaje ruso”, tuiteó.
En Donetsk, que es parte de la región ucraniana del Donbás que ha estado sumida en combates rebeldes desde 2014 y la cual Putin ha establecido como un objetivo principal de la invasión, el líder separatista Denis Pushilin dijo que la votación “restaurará la justicia histórica” para el “sufrido pueblo” del territorio.
Se han “ganado el derecho a formar parte del gran país que siempre han considerado su patria”, señaló.
En Zaporiyia, territorio parcialmente ocupado por Rusia, el activista prorruso Vladimir Rogov dijo: “Mientras más pronto formemos parte de Rusia, más pronto llegará la paz”.
La presión al interior de Rusia por llevar a cabo la votación y de los líderes respaldados por Moscú en las regiones ucranianas bajo control de Rusia aumentó después de una contraofensiva ucraniana que ha recuperado amplias zonas.
Abbas Gallyamov, exredactor de discursos del Kremlin y analista político ruso, dijo en Facebook que los separatistas prorrusos parecían “asustados de que los rusos los abandonen” en medio de la ofensiva ucraniana y siguieron adelante con sus planes de referéndum para forzar la mano del Kremlin.
En otra señal de que Rusia se está preparando para un conflicto prolongado y posiblemente más intenso, la cámara baja del Parlamento, controlada por el Kremlin, votó el martes a favor de endurecer las leyes contra la deserción, la rendición y el saqueo por parte de soldados rusos.
Los legisladores también votaron a favor de introducir posibles penas de 10 años de prisión para los soldados que se nieguen a luchar. De aprobarse, tal como se tiene previsto, por la cámara alta y luego promulgada por Putin, la medida reforzaría el control de los comandantes ante el bajo estado de ánimo reportado entre los soldados rusos.
Fuente: AP