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Raúl Castro abandona la dirección de Cuba tras más de 6 décadas en el poder

por actualidad

Raúl Castro anunció su retirada formal del poderoso puesto de primer secretario del Partido Comunista, el único partido permitido en la isla y que le confiere más poder que al gobernante Miguel Díaz-Canel, según The Associated Press.

“En lo que a mí se refiere concluye mi tarea como primer secretario al comité central del PCC con la satisfacción de haber cumplido y la confianza en el futuro de la patria”, dijo Castro durante el informe central del congreso, según AP.

“Con la meditada convicción de no aceptar propuesta para mantenerme en los órganos superiores de la organización partidista en cuyas filas continuaré militando como un combatiente revolucionario”, agregó. El lunes Castro dejará formalmente el cargo con la elección de nuevos directivos.

No está claro quién lo sucederá en el puesto, aunque se infiere de declaraciones suyas en el congreso anterior que podría ser Miguel-Díaz-Canel, el actual gobernante de la isla.

Poco antes del anuncio, llamó a los militantes de la única fuerza política permitida en la isla a acelerar las reformas pero advirtió sobre “límites que no podemos rebasar” para conservar el socialismo en referencia a la propiedad privada sobre medios de producción.

Fragmentos del discurso de Castro fueron compartidos por los medios estatales que no dieron cobertura en vivo.

“Hay límites que no podemos rebasar porque las consecuencias serían irreversibles y conducirían a errores estratégicos y la destrucción misma del socialismo y por ende de la soberanía e independencia nacionales”, dijo.

Los líderes del Partido Comunista en Cuba iniciaron este viernes un evento de cuatro días en el que se espera que Castro se retire de la política mientras el régimen que su hermano inició hace más de seis décadas se enfrenta a una aplastante crisis económica y a crecientes tensiones sociales.

Los delegados se reunieron cerca de las nueve de la mañana en el Palacio de Convenciones de La Habana para una ceremonia inaugural antes de iniciar los debates sobre la economía de estilo soviético de Cuba y las reformas adoptadas en el congreso del partido de 2011 que aún no se han aplicado en su totalidad.

Castro dijo que el “desarrollo de la economía nacional” es hoy, junto a “la lucha por la paz y la firmeza ideológica”, una de las “principales misiones” del Partido Comunista.En otro momento de su intervención arremetió contra la tendencia importadora del país, que compra en el exterior más de $2,000 millones en alimentos ante la incapacidad de producción de su modelo de corte soviético.

“El país debe acostumbrarse a vivir con lo que tenemos y no pretender más de lo que seamos capaces de generar, en tanto las demandas insatisfechas de la población constituyan un incentivo para los productores nacionales”, dijo.

El gobernante, que está a punto de cumplir 90 años, se refirió al enfrentamiento a la pandemia de coronavirus y aseguró que “sólo un país socialista” como Cuba podía contener la pandemia como lo ha hecho aunque la isla pasa por una tercera ola de contagios que ha puesto más presión sobre el deteriorado sistema de salud cubano.

“Jamás olvidaremos los 3,478 muertos y los 1099 mutilados y personas con discapacidad, víctimas del terrorismo de Estado aplicado contra nuestro país”, dijo Castro, quien recordó la invasión a Bahía de Cochinos en 1961, dijo en otro momento del discurso.

Desde Miami, la congresista María Elvira Salazar, dijo que con el congreso del partido se intentaba “un cambio fraude en Cuba”.

“Esta es una transferencia de poder falsa y patética entre los mismos canallas asesinos y corruptos que han destruido la isla durante los últimos 62 años. Puede ser que cambien los títulos, pero la represión permanece y aumenta cada día a medida que más y más cubanos en la isla levantan sus voces y arriesgan sus vidas por la libertad, la democracia y los derechos humanos”, dijo la congresista en un comunicado.

La reunión se anuncia como un “Congreso de Continuidad” en el que habrá una “transición gradual y ordenada” de responsabilidades a las “nuevas generaciones”, según la invitación oficial. Castro declaró en la última reunión de hace cinco años que dejaría el cargo de primer secretario general en 2021. El máximo cargo del partido se considera un puesto más poderoso que el de presidente.

Desde la isla diversos activistas reportaron acciones represivas este viernes. Eliécer Góngora fue violentamente detenido en la ciudad de Las Tunas, al este del país, según denunció en sus redes sociales. El periodista independiente, Héctor Valdés, denunció que fuerzas policiales le impiden salir de su vivienda desde hace 24 horas.

El cambio de guardia dejaría a Cuba sin un Castro al frente del gobierno por primera vez en más de seis décadas y podría completar una transición generacional que se ha estado gestando desde hace años para llevar voces más jóvenes al podio. Se espera que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, de 60 años, asuma la jefatura del partido.

El partido está sometido a una presión cada vez mayor para que proponga soluciones que mejoren la vida en la isla, ya que los cubanos se sienten frustrados por tener que hacer filas de varias horas para conseguir productos cada vez más escasos. Pero pocos esperan un cambio importante, incluso con el traspaso del liderazgo.

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Los delegados comenzaron a llegar de toda la isla para participar en el Congreso del Partido Comunista de Cuba, previsto para el 16-19 de abril.Se espera que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reciba el liderazgo del Partido Comunista de manos de Raúl Castro durante un congreso este fin de semana. JUVENAL BALÁN, GRANMA

“Quizás aborden la crisis, probablemente reconozcan algunos de los problemas, pero el congreso no es un espacio de discusión”, dijo Pedro Freyre, un abogado cubano-estadounidense que asesora a empresas que hacen negocios en la isla. “No esperen ningún tipo de debate significativo”.

La reunión se produce mientras Cuba lidia con una crisis económica cada vez más profunda, estimulada en parte por la pandemia del COVID-19, que ha paralizado el turismo, así como por las sanciones de la administración de Trump. Una dolorosa reforma monetaria a principios de este año ha alimentado la inflación, haciendo que algunos precios suban hasta un 500%. Mientras tanto, más cubanos tienen acceso a las redes sociales, donde abundan las quejas y una sociedad civil emergente comparte su mensaje y exige reformas.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo sobre el VIII Congreso del Partido Comunista que la administración Biden continuará rigiéndose por dos principios en la política hacia Cuba: “el apoyo a la democracia y al respeto de los derechos humanos” y que los “cubanoamericanos son los mejores embajadores de la libertad y la prosperidad”.

“Un cambio de política hacia Cuba o pasos adicionales no se encuentran actualmente entre las principales prioridades de política exterior del presidente”, añadió.

Díaz-Canel –quien nació después de la revolución de 1959– es un habitual de YouTube y Twitter, en un intento de conectar con la población más joven y cada vez más conectada de la isla. Es un veterano tecnócrata gubernamental que ascendió en las filas del Partido Comunista. Desde que llegó a la presidencia en 2018, se ha aferrado al sistema unipartidista del país, al tiempo que ha tratado de introducir algunas reformas económicas modestas pero lentas.

En los días previos al congreso, dos ministros de alto rango fueron reemplazados: El jefe de las fuerzas armadas y el jefe de la agencia de agricultura de la isla. Las autoridades también anunciaron varias reformas económicas, incluida una que permitiría a los ganaderos cubanos vender carne de res tras cumplir las cuotas estatales, algo que no se ha permitido desde los primeros años de la revolución.

Andy Gómez, académico de Cuba y ex miembro del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-estadounidenses de la Universidad de Miami, dijo que los reemplazos de liderazgo eran potencialmente parte de un cambio generacional no solo dentro del partido, sino también del ejército.

“La principal preocupación del régimen cubano es proteger el control político”, dijo. “Este paso… lo están dando porque ya han preparado a los que van a asumir el poder”.

Aunque no se ha dado a conocer una agenda detallada, la convocatoria del evento destaca temas como el impacto de la pandemia en la economía y la necesidad de aumentar la producción de alimentos. También menciona la necesidad de estrechar los lazos entre el Estado y el sector privado, afirmando que la industria cubana debe “responder cada vez más a la demanda interna”.

El periódico del Partido Comunista, Granma, indicó que durante casi un año, una comisión de representantes del partido, organizaciones de base, académicos e investigadores han trabajado para preparar los documentos que serán revisados por los delegados durante el congreso.

Los delegados evaluarán las más de 300 propuestas económicas aprobadas en el congreso de 2011 en lo que fue considerado como las reformas más importantes en décadas, entre otros temas.

Las imágenes de los medios de comunicación estatales mostraban a los delegados que llegaban a La Habana el miércoles por la noche, con mascarillas y camisetas rojas, mientras entraban en un hotel del complejo de la conferencia. Los informes oficiales decían que se estaban aplicando las directrices de salud pública del COVID-19, como los controles de temperatura.

Mientras tanto, miembros de la incipiente sociedad civil de la isla pedían a los líderes cubanos que abrieran el debate sobre el futuro de la isla a un abanico más diverso de voces. Utilizando los hashtags #LuzdeAlarma y #PCCnoesCuba (el Congreso del Partido Comunista no es Cuba), los manifestantes pidieron a los cubanos que encendieran el flash de las cámaras de sus teléfonos móviles, se hicieran una foto y la colgaran en internet como rechazo al lema de continuidad del partido.

“Es innegable que los cubanos quieren un cambio, pero el régimen sigue reprimiendo y negando la participación ciudadana”, publicó en Twitter la activista Rosa María Payá. “El Congreso del Partido Comunista no puede decidir el futuro de la nación porque Cuba es de todos”.

 

Fuente: AP / El Nuevo Herald

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