El presidente de Rusia, Vladímir Putin, llegó a Beijing el martes para una visita que subrayaba el apoyo de China a Moscú en su guerra en Ucrania, así como el respaldo de Rusia a los esfuerzos de China de expandir su influencia económica y diplomática en el extranjero.
Los dos países han forjado una alianza informal contra Estados Unidos y otros países democráticos que ahora se ve complicada por la guerra entre Israel y Hamas. China ha intentado equilibrar su lazos con Israel con sus relaciones con Irán y Siria, dos países que tienen un firme apoyo de Rusia y a los que Beijing se ha acercado por motivos económicos y para desafiar la influencia de Washington en Oriente Medio.
El avión de Putin fue recibido por una guardia de honor para comenzar una visita que también era una muestra de apoyo a la iniciativa Cinturón y Ruta de la Seda, un proyecto personal del mandatario chino Xi Jinping para construir infraestructura y ampliar la influencia internacional china.
En una entrevista con medios estatales chinos, Putin elogió los grandes pero poco interconectados proyectos de la iniciativa.
“Sí, vemos que algunas personas lo consideran un intento de la República Popular de China de imponer su control sobre alguien, pero nosotros lo vemos de otra manera, simplemente vemos deseo de cooperación”, dijo a la televisora estatal CCTV, según una transcripción publicada el lunes por el Kremlin.
Putin será uno de los invitados más destacados en una cumbre por el 10mo aniversario del anuncio del proyecto. La iniciativa ha dejado a países como Zambia y Sri Lanka muy endeudados con firmas chinas que construyen carreteras, aeropuertos y otras obras públicas que no habrían podido costear de otro modo. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha elogiado la política china por desarrollar zonas desfavorecidas.
Cuando la prensa le preguntó el viernes por su visita, Putin dijo que incluiría conversaciones sobre proyectos asociados al Cinturón y Ruta, que según dijo Moscú quiere asociar a los esfuerzos de una alianza económica en países de la antigua Unión Soviética, la mayoría en Asia Central, para “alcanzar objetivos comunes de desarrollo”.
También restó importancia al impacto de la influencia económica china en una región que Rusia considera desde hace mucho como su órbita, y donde ha trabajado para mantener la presencia política y militar.
“No vemos contradicciones aquí, al contrario, hay una cierta sinergia”, dijo Putin.
El mandatario ruso dijo que también hablaría con Xi sobre los crecientes lazos económicos entre sus países en los sectores financiero, energético y tecnológico. China también ha ganado peso como destino para las exportaciones rusas.
Fuente: AP