La lluvia en el sur de la Florida no detuvo el cuarto día de las protestas desencadenadas tras la muerte de George Floyd en Minneapolis la semana pasada y que desde entonces se han esparcido a casi 200 ciudades estadounidenses y otras ciudades del mundo como Berlín y París, invocando indignación por el racismo y uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades.
Al menos 300 personas con mascarillas y pancartas empapadas se reunieron este martes a eso de las 4 p.m. frente al Centro de Detención Preventiva del Condado Miami-Dade en el downtown de Miami.
Miembros de la organización de activistas Dream Defenders, que convocaron a la congregación, cortaron la cinta de precaución policial alrededor del Tribunal del Condado Miami-Dade y dejaron que los manifestantes circularan el edificio. La policía no los detuvo.
Los organizadores de la protesta entregaron volantes instando al resto a participar en las próximas elecciones para reemplazar a la fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, quien ha sido ampliamente criticada llevar 27 años en el cargo y no haber acusado nunca de asesinato a ningún agente.
“¡Sáquenla!”, coreaban.
En un comunicado el martes, Fernández Rundle calificó la muerte de Floyd de un “sin sentido” y dijo que apoyaba a los manifestantes pacíficos que quieren “justicia”.
Se defendió contra acusaciones que era muy indulgente con los policías, señalando que su oficina ha obtenido condenas contra un agente de Policía de North Miami que disparó contra un hombre autista con una pistola de juguete y contra un agente de la Policía de Miami que tiró contra el suelo a una enfermera de un hospital.
La ley de Florida es muy permisiva en cuanto a la fuerza que la policía puede usar, e incluso permite a los agentes disparar por la espalda a sospechosos desarmados de delitos graves, bajo la presunción de que podrían lesionar a alguien en la comunidad. Hasta la condena de Nourman Raja en Palm Beach Gardens el año pasado, ningún fiscal estatal en Florida en las últimas décadas había logrado condenar a un policía que que hubiera provocado una muerte con su arma de servicio.
MARCHA A OVERTOWN
Después del tribunal, los manifestantes se movieron a Overtown, barrio negro de Miami, y se detuvieron brevemente para recordar su historia.
Mencionaron la ampliación de la autopista I-95 en las décadas de 1950 y 1960, que atravesó el corazón de Overtown y desplazó a miles. La idea ampliar la I-95 fue parte de una ola nacional de planificación urbana para eliminar lo que algunos veían como comunidades “difíciles” o de minorías, como Overtown.
Mencionaron también otros vecindarios como Wynwood, donde el desarrollo urbano ha transformado el diario vivir de la clase obrera.
Los manifestantes se pararon en la esquina de NW 20 Street y NW 2 Avenue, debajo de un letrero pintado que dice “Wynwood comienza aquí”.
“Antes que hubiera bares y restaurantes había gente viviendo aquí”, dijo el organizador Joseph Martínez.
PROTESTA EN CORAL SPRINGS
Otra protesta se llevó a cabo el lunes en el estacionamiento al otro lado de la calle del Ayuntamiento de Coral Springs, en donde al menos 100 personas se congregaron durante alrededor de tres horas.
La presencia policial fue mínima y la manifestación pacífica.
Tifanny Burks, una organizadora comunitaria de 27 años de Black Lives Matter Alliance Broward, habló a través de un megáfono sobre cómo ha cambiado el mensaje de los activistas a lo largo de los años. Después de los primeros asesinatos de negros por parte de la Policía, dijo, defensores como Burks pidieron más capacitación para los agentes y cámaras corporales.
Leyó una larga lista de nombres de víctimas de brutalidad policial, como Barry Gedeus, de 27 años, quien fue asesinado a tiros mientras huía de un policía de Fort Lauderdale a principios de marzo. La Policía le dijo al Sun Sentinel que coincidía con la descripción de un violador denunciado recientemente, pero sus amigos y familiares lo disputan.
“Ahora nuestro mensaje es un poco diferente”, dijo. “Le hemos dado a la policía muchas oportunidades. Han demostrado no ser dignos”.
En una entrevista con el Miami Herald, Burks dijo que el enfoque de la mayoría de los manifestantes ahora es quitarle fondos a los departamentos de Policía. Burks dijo que el dinero se gastaría mejor en vivienda asequible, recursos de salud mental y programas de justicia comunitaria.
Detrás de ella, una joven negra levantó un cartel que decía: “Mi piel no es un arma. Deja de matarme como si lo fuera”.
La protesta fue organizada por Mahek Manjiani, de 19 años, estudiante de Biología de la Universidad Internacional de Florida, y Shayan Shivji, de 17 años, estudiante de Coral Springs Charter.
Entre el grupo se distinguía Tavi Cummings, una niña de 14 años que dijo que esta era su primera protesta.
“Me da miedo saber que las personas a las que llamamos cuando necesitamos ayuda están en contra de nuestro color de piel”, dijo.
TOQUES DE QUEDA PESE A POCA VIOLENCIA
El jefe de la Policía de Miami-Dade, Freddy Ramírez, dijo el martes por la mañana que quería que se mantuviera el toque de queda en el condado hasta fines de esta semana debido al peligro de que las manifestaciones desemboquen en disturbios, pese a que han sido pacíficas desde la caótica noche del sábado pasado en Miami.
La Policía de Miami-Dade informó que no detuvo a nadie durante las protestas del lunes. Había arrestado a al menos 85 durante el fin de semana, la mayoría por cargos de violar el toque de queda.
“En todo el país, las cosas están muy tensas”, dijo Ramírez a los comisionados condales. “Es por eso que creo que deberíamos continuar con el toque de queda durante el fin de semana… en caso que alguno de estos grupos intente hacer algo en nuestra comunidad”.
Giménez firmó una orden ejecutiva implementando el toque de queda el sábado, durante el primer día de protestas. El domingo, el alcalde lo prorrogó hasta nuevo aviso de 9 p.m. hasta las 6 a.m. En Miami, donde han ocurrido la mayoría de las protestas, solo implementó el toque de queda el domingo y el alcalde Francis Suárez decidió levantarlo el lunes.
En todo el país, algunas protestas terminaron con saqueos y violencia el lunes por la noche, especialmente en Nueva York y Washington DC. Sin embargo, en el sur de la Florida la mayoría de las manifestaciones han sido pacíficas.
Los pequeños negocios en Miami-Dade han experimentado algunos daños desde el sábado y han cerrado por precaución. Este martes, varias tiendas en Lincoln Road, Wynwood, el Design District y el área de Midtown protegieron sus establecimientos cubriendo las vidrieras.
Fuente: El Nuevo Herald