“Aparece un estudio en Gran Bretaña que pone de manifiesto lo siguiente, al cabo de 10 años, las prótesis PIP se rompen con más facilidad que las prótesis convencionales, por ejemplo hay fisuras y esto significa el escape de siliconas al cuerpo, hay fisuras en el 15 y 30% de las prótesis contra el 8 al 14% en prótesis de otras marcas. Motivo por el cual se está recomendando en este momento es que las mujeres que tienen este tipo de prótesis implantadas en sus senos hagan controles periódicos con más frecuencia y si eventualmente notan algún bulto en sus senos pidan el recambio de estas prótesis, que dependiendo del lugar del mundo donde está podrá ser gratuito como el caso de Gran Bretaña si las prótesis fueron puestas en el sector público o pagándolas si fueron implantadas en otras circunstancias”.
“Hay un punto que es muy importante es esta historia y es que no son cancerígenas, son ligeramente tóxicas, irritantes y no mucho más que esto afortunadamente. El tema es estético y de comodidad, de bienestar, no mucho más. No hay un riesgo de cáncer”.