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Proceso de paz entre gobierno y FARC ¿en crisis?

por actualidad

BOGOTA, Colombia (AP) — El presidente colombiano Juan Manuel Santos sostiene que el proceso de paz con las FARC «va viento en popa», pero también admite que el barco está rodeado de tiburones.

Pese al optimismo del mandatario, lo cierto es que los últimos no han sido días buenos para las negociaciones que empezaron en La Habana en noviembre.

En 72 horas las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia le han dado tres duros golpes a los diálogos: el viernes anunciaron que tenían en su poder al ex militar estadounidense Kevin Scott Sutay, el sábado asesinaron en dos acciones a 21 militares en el noreste y sur del país y el lunes ofrecieron ayuda armada a los campesinos de la región del Catatumbo que desde hace más de 40 días mantienen un paro con bloqueo de carreteras en el noreste del país que, hasta ahora, ha dejado cuatro civiles muertos y decenas de heridos.

Diversas comisiones del gobierno enviadas al Catatumbo han fracasado en su intento por poner fin al paro que se inició el 11 de junio.

Los campesinos demandan detener la destrucción de cultivos de coca, materia prima de la cocaína, así como declarar 346.000 hectáreas de aquella región como «zona de reserva campesina», una figura de las leyes colombianas de 1994 que permite desembolsos de fondos estatales en una zona específica donde los campesinos producen en general de forma cooperativa.

Según el último informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Naciones Unidas, presentado en junio del año pasado, en 2011 fueron detectadas 2.309 hectáreas sembradas con arbustos de coca en el Catatumbo.

Santos sostiene que desde el principio tenía claro que la travesía a la paz no iba a ser fácil y que la «embarcación iba a encontrarse con vientos desfavorables, con tormentas, e inclusive con huracanes; nos íbamos a encontrar con corsarios que quieren que no lleguemos a ese puerto de destino o a esa Colombia en paz».

En una intervención el martes en la ciudad de Medellín, el gobernante sostuvo que «nos rodean tiburones de todo tipo… y unas sirenas que nos cantan para que cambiemos el rumbo, para que nos devolvamos otra vez al puerto de origen a esa Colombia en guerra».

Con vehemencia insistió en que la nave de la paz «mantiene su rumbo» y «está decidida a llegar a ese puerto de destino donde todos los colombianos podamos vivir en paz».

Analistas consultados por The Associated Press recordaron, por un lado, que las partes acordaron negociar en medio del fuego, y por otro, que el proceso de paz entre el gobierno y las FARC no va a buen puerto.

«Parte de los acuerdos de La Habana es que se va a negociar en medio del conflicto armado y esa es una decisión que han tomado conscientemente tanto el gobierno como la guerrilla», observó telefónicamente Iván Cepeda, congresista del izquierdista Polo Democrático Alternativo.

«Ambas partes, en medio de esa negociación, se han infringido mutuamente ataques y muertes violentas», agregó Cepeda, que enfatizó en que las protestas campesinas nada tienen que ver con los diálogos de La Habana.

Para Camilo Gómez, comisionado de paz durante los fallidos diálogos entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002) y las FARC, cada acción armada del grupo guerrillero «causa un efecto muy malo (al proceso) porque la gente no entiende que las FARC estén negociando pero a la vez siguen matando».

En tanto, Carlos Lozano, periodista y director del semanario Voz, del Partido Comunista, opinó vía telefónica que «el proceso de paz no está tambaleando».

Lozano reconoció, sin embargo, su preocupación porque «todos estos incidentes afecten la mesa en la medida en que el gobierno está siendo presionado por los militares, por sectores del establecimiento, por los que se oponen al proceso de paz».

Si el gobierno no quiere que se repita lo de los militares muertos, enfatizó, «tiene que haber un cese de fuego o una tregua» entre las partes. «La lucha social se va a seguir librando en el país y en eso la guerrilla tiene que entender que su mensaje tiene que ser prudente».

Del lado de la oposición hay voces, encabezadas por el ex presidente Alvaro Uribe (2002-2010), que atacan sin clemencia el proceso de paz.

«En Cuba se conversa y en Colombia se mata», ironizó por teléfono Fernando Londoño, quien fue ministro del Interior de Uribe entre 2002 y 2003. Santos «no se ha dado cuenta de eso porque no tiene más que la carta del proceso de paz y se aferra a las conversaciones en Cuba, así tenga estas inconsistencias monstruosas e inaceptables» como la muerte de militares o el apoyo armado a las protestas campesinas.

Expertos han dicho que el futuro del proceso de paz está íntimamente ligado a la eventual reelección de Santos. En la última encuesta de Gallup el gobernante obtuvo una imagen favorable de 48% y desfavorable de 44%.

Aunque el gobernante siempre ha tenido buenas calificaciones en temas como las relaciones internacionales, los encuestados desaprueban su gestión en asuntos como el orden público.

La encuesta telefónica fue hecha entre el 15 y el 24 de junio a 1.200 personas en las cinco principales ciudades del país con un margen de error de 3%.

En los últimos tres días el hashtag más tuiteado en el país ha sido «#NoMasJuanManuelSantos».

De esa nave que «va viento en popa» según Santos es poco lo que se sabe públicamente, pues el hermetismo entre las partes ha sido una constante del proceso de paz.

El único avance que se dio fue el 26 de mayo cuando las comisiones del gobierno y de las FARC anunciaron en La Habana haber llegado a un acuerdo sobre la reforma agraria. La forma inequitativa como está repartida la tierra ha sido la causa principal del conflicto colombiano.

Dos meses después de aquel anuncio en Cuba, sin embargo, no está claro aún qué fue lo que acordaron las partes sobre el tema. Las comisiones han guardado confidencialidad sobre los detalles del texto.

Aunque parece poco probable, Santos ha dicho que aspira a firmar la paz con las FARC en octubre. El motivo, aunque el mandatario no lo ha reconocido públicamente, es que a fines de ese mes tiene que anunciar públicamente si aspirará o no a la reelección en mayo de 2014. Las FARC, en cambio, han dicho que un conflicto de 50 años no se puede negociar en meses.

El 28 de julio las comisiones de gobierno y las FARC tienen previsto volver a la mesa de diálogo en la capital cubana.

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Los corresponsales de The Associated Press Frank Bajak, en Lima, y César García, en Bogotá, colaboraron con esta nota.

 
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