Los legisladores de la Florida resolvieron un segundo e importante problema presupuestal el viernes cuando se pusieron de acuerdo en una fórmula que distribuiría más de $2,000 millones a hospitales por los costos que tienen al prestarle atención médica a pacientes pobres.
Después de trabajar hasta bien entrada la noche, los legisladores dividieron una gran cantidad de dinero federal, estatal y local entre hospitales que brindan cuidado de salud caritativo mediante el llamado Fondo de Bajos Ingresos (LIP), el cual ha sufrido recortes por parte del gobierno del presidente Barack Obama.
“Es un gran paso de avance”, dijo Andy Gardiner, presidente del Senado y republicano por Orlando.
Para llevar a cabo el recorte federal, el estado separará casi $400 millones para LIP en el presupuesto del año siguiente, asumiendo así casi la mitad de un superávit proyectado en $1,000 millones.
Entre los mayores beneficiarios del LIP están el Sistema de Salud Jackson en Miami, Broward Health en Fort Lauderdale, Tampa General y All Children’s Hospital Johns Hopkins en St. Petersburg.
Los hospitales elogiaron el acuerdo preliminar y dijeron que analizarían sus efectos.
“Estamos muy agradecidos de que los líderes del Senado y la Cámara reconozcan que los fondos federales que la Florida ha perdido tienen que sustituirse con ingresos periódicos estatales”, dijo Tony Carvalho, presidente de Safety Net Hospital Alliance of Florida. “Esta ayuda estatal es algo crucial para la actual misión de nuestros hospitales de brindar servicios de salud muy especializados a los residentes más vulnerables de la Florida, independientemente de la capacidad que tengan para pagar”.
El nuevo modelo de fondos exige ser aprobado por la Legislatura en pleno, el gobernador Rick Scott y el gobierno federal antes de que entre en vigor el 1ro. de julio.
La decisión de la Legislatura de utilizar ingresos fiscales estatales para subsidiar a los hospitales es otro revés potencial para Scott, quien se opone a dicho método y quiere depender de ingresos fiscales a la propiedad que son destinados para el cuidado de la salud, gran parte de los cuales se recaudaron en los dos condados más populosos del estado, Miami-Dade y Broward.
Sin embargo, el modelo de Scott habría significado recortes más grandes para algunos hospitales, sobre todo para el Jackson Memorial y el Broward General Medical Center en Fort Lauderdale. Además, el método de la Legislatura emplea los ingresos periódicos o permanentes de los que pueden depender los hospitales en los próximos años.
La oficina de Scott está revisando la propuesta, dijo el portavoz John Tupps.
El principal problema que enfrentaba la Legislatura era poder llegar a un acuerdo sobre los recortes fiscales. En discusiones tras bambalinas con la Cámara, el Senado ya dio un anticipo de $400 millones en ayuda fiscal para el próximo año.
El presupuesto que se está estudiando tendrá también menos dinero para escuelas del que quiere Scott y recortes fiscales más modestos, aunque el Senado propuso una revocación de un año de impuestos a libros de texto para las universidades de lo que propuso el gobernador.
Los recortes fiscales mayores que quiere that Scott son una pérdida de la decisión de la Legislatura de transferir los ingresos de impuestos estatales a los hospitales.
Ante la fecha límite del próximo martes para terminar de trabajar en un presupuesto, los dos presidentes de los comités de apropiación —el senador Tom Lee, republicano por Brandon, y el representante Richard Corcoran, republicano por Land O’Lakes— y sus respectivos despachos continúan realizando negociaciones a puertas cerradas en otras áreas aún sin resolver.
En ellas se incluye la creación de programas para la protección de tierras y aguas conocido como Enmienda 1, dividir dinero para la construcción de universidades y la aprobación y el rechazo de cientos de hometown proyectos en los distritos de los legisladores
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El periodista del Miami Herald, Daniel Chang, contribuyó con este reportaje.