El presidente chileno anunció nuevas medidas para intentar calmar las aguas que agitan a su país.
En cadena nacional, Sebastián Piñera mencionó el lunes que se endurecerá el castigo para los delitos de cuello y corbata, la corrupción y los acuerdos deshonestos entre empresas para subir el precio de los productos. También anunció una reforma a los seguros de salud privados y el fortalecimiento de la cultura de respeto a los derechos humanos.
Piñera dio el anuncio tras 53 días de protestas que estallaron por el aumento de los precios del subterráneo. El descontento luego se transformó en un intenso cuestionamiento a su modelo económico en un país que sufre una profunda desigualdad.
Las medidas, dijo, reiteran su “compromiso de construir un Chile más justo, con menos desigualdades” y “una sociedad que combata con mayor eficacia todo tipo de abusos, que proteja con mayor rigor la dignidad de todos y se comprometa con un trato justo para todos los ciudadanos”.
Las medidas se organizan en tres ejes.
El primero pretende combatir el abuso en los mercados por parte de empresarios y el incremento arbitrario de los precios de productos, como se vivió en los últimos años en el país en el caso del pollo, el papel de baño, o los medicamentos. También contempla los delitos tributarios y el uso de información privilegiada.
El segundo eje mejoraría la protección de los derechos de los consumidores, hasta el momento escasamente protegidos con instituciones públicas sin poder coercitivo.
El tercero implicaría mejoras en los derechos de los trabajadores.
Piñera dio los anuncios sin entrar en muchos detalles.
El presidente se refirió también a la necesidad de fortalecer una cultura de respeto a los Derechos Humanos, lo que implica “fortalecer la institucionalidad” en esa materia y reformar la policía chilena, fuertemente cuestionada por organismos internacionales por violaciones reiteradas de derechos humanos en su represión de las manifestaciones pacíficas y a un día de varios actos convocados en el país para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos, en un momento que existe gran sensibilidad social sobre este tema.
Piñera manifestó que se debe mejorar el apoyo a las víctimas y evitar la impunidad.
Además, se refirió a la necesidad de reformar el sistema de pensiones y de salud, dos de las principales demandas sociales, y ayudar a quienes tienen deudas derivadas de los préstamos estudiantiles.
El presidente aprovechó para recordar las medidas acordadas en el Parlamento desde el estallido de la crisis el pasado 18 de octubre. Hasta el momento incluyen la mejora de las pensiones para un millón seiscientos mil adultos mayores más desfavorecidos y el aumento del ingreso mínimo, así como una subvención de la mitad del precio del transporte para los pensionados.
“Sé que estas últimas siete semanas han causado mucho dolor, angustia y destrucción, y que millones de familias chilenas han enfrentado grandes dificultades”, reconoció el presidente, pero también afirmó creer en Chile y los chilenos y tener la convicción de que “con unidad, diálogos, acuerdos y buena voluntad, vamos a superar estos difíciles tiempos”.
“Nos queda mucho Chile juntos”, señaló antes de pedir al país que cuiden a sus familias y la democracia.
La reacción de la calle no se hizo esperar: cacerolazos se escuchaban con fuerza en el centro de Santiago, en lo que se podría interpretar como un rechazo a los nuevos anuncios.
Fuente: AP