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Preparan recurso de amparo para cubanos que se refugiaron en faro de los Cayos

por actualidad

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¿Es o no es parte del territorio estadounidense un faro que se erige a siete millas de la costa? Un grupo de activistas y abogados están preparados para llevar la cuestión a la corte federal si las autoridades migratorias no le permiten a un grupo de 19 balseros quedarse en el país.

“El faro se llama ‘American’, está en la plataforma continental, está en aguas de la jurisdicción de Estados Unidos, su presupuesto de mantenimiento es de Estados Unidos y además es un monumento histórico”, argumenta Ramón Saúl Sánchez, presidente de la organización Movimiento Democracia. “Se secaron los pies ahí, es territorio americano, deben quedarse”.

Sánchez está trabajando con un grupo de abogados para redactar un recurso legal que presentarían en los próximos días ante la corte federal si los inmigrantes son deportados. De avanzar, el caso podría marcar un nuevo precedente en la política migratoria estadounidense.

Todo comenzó el viernes alrededor de las 8:30 a.m., cuando alguien avistó a los náufragos a bordo de una embarcación rústica y llamó al Servicio Guardacostas.

Al ver a las autoridades, los migrantes saltaron de su bote y nadaron hasta el faro American Shoal, en donde se parapetaron por varias horas sobre la plataforma hasta que accedieron a entregarse a los Guardacostas, aproximadamente a las 5:30 p.m.

Ryan Doss, portavoz del Guardacostas, le dijo el lunes a el Nuevo Herald que los balseros aún permanecen a bordo de un escampavías en aguas del Caribe, donde están siendo entrevistados por agentes del Servicio de Inmigración para determinar su destino.

Bajo la norma migratoria conocida como “Pies secos/pies mojados”, a los inmigrantes cubanos que tocan tierra firme de Estados Unidos se les permite quedarse en el país y solicitar la residencia permanente después de un año. Aquellos que son interceptados en el mar son devueltos a la isla.

No está claro si la antigua estructura de hierro ubicada a siete millas del Cayo Sugarloaf se considera territorio estadounidense.

Sánchez y sus abogados dicen que sí, y que la historia avala sus argumentos.

En enero del 2006, un grupo de 15 inmigrantes cubanos que habían llegado hasta el viejo Puente de las Siete Millas—hoy paralelo a uno más nuevo—fueron en principio repatriados por los oficiales de inmigración. Los balseros fueron capturados mientras se encontraban sobre uno de los varios pedazos de puente aislados del tramo que lo conecta con tierra firme. El gobierno federal entendió que esto significaba que el grupo nunca llegó al territorio estadounidense, y fueron deportados a Cuba.

Gracias en parte a los esfuerzos de Sánchez, que entabló una demanda y una huelga de hambre para revertir el caso, un juez federal decidió que las autoridades migratorias habían actuado de manera ilegal. Parte del grupo de deportados luego recibió permiso para quedarse en el país.

“El juez federal Federico Moreno determinó en ese entonces que un puente, aunque esté separado de la tierra, es parte de los Estados Unidos. El faro, lo administra Estados Unidos, es parte del territorio americano”, le dijo a Univision el abogado Wilfredo Allen, quien trabajó en el caso de hace 10 años y actualmente está involucrado en el del faro.

El faro fue construido en 1880 y tiene unos 109 pies de altura. Yace sobre una plataforma octagonal a 10 pies de profundidad. En 1990, sirvió como imagen para una estampilla de 25 centavos emitida por el Servicio Postal de EEUU.

Un libro publicado en 1977 llamado “El Régimen Internacional de las Islas Artificiales”, por el investigador Nicolas Papadakis, cita al difunto fiscal general de Inglaterra Charles Russell para determinar la soberanía de los faros.

“Si el faro se construye sobre una roca, o sobre pilotes clavados en el fondo del mar, se convierte en parte del territorio de la nación que lo creó, y como parte del territorio tiene todo los derechos que le pertenecen a la protección del territorio, ni más ni menos”, dice Russell.

Doss dijo que nunca han tratado un caso como este y que cuidarán de los balseros “de la mejor manera posible” hasta que haya una determinación de los funcionarios de inmigración sobre el caso.

Por su parte, Sánchez dijo que está dispuesto a declararse en huelga de hambre como lo hizo hace 10 años si a los cubanos no se les permite quedarse.

“Es algo que está en el arsenal de las posibilidades pero no quiero especular acerca de eso porque yo quiero que las cosas se resuelvan”, dijo Sánchez.

 

Fuente: Elnuevoherald.com

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