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La presión dentro del agua es 400 veces mayor a la de la atmósfera, en este sentido, estos sumergibles tienen que estar diseñados para aguantar esta presión, de lo contrario, cualquier falla estructural haría que el agua se filtre, y tendríamos el equivalente a una lata de refresco vacía, que al aplastarla con tu pie o con algo más pesado, implosione. La lata puede ser el Titán, y tu pie, la columna o la presión que ejerce, así lo ilustró Jorge Bauzá-Ortega, doctor en Oceanografía y oficial de la Marina Mercante de la Guardia Cortera de Estados Unidos, en entrevista con Yoly Cuello.