El presidente de Turquía y el secretario general de la ONU se reunieron el jueves con el presidente ucraniano Volodymr Zelenskyy con el propósito de amainar una guerra que comenzó hace casi seis meses. Pero el encuentro produjo un progreso mínimo.
El mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que daría seguimiento con su homólogo ruso, Vladimir Putin, tomando en cuenta que la mayoría de los asuntos tratados requerirían el consentimiento del Kremlin.
Debido a que las reuniones eran de tan alto nivel —la primera visita de Erdogan a Ucrania desde el inicio de la guerra y el segundo viaje al país del secretario general de la ONU, António Guterres_, algunos esperaban que se produjeran avances, si no hacia una paz general, al menos en cuestiones concretas. Pero ninguno de ellos parecía evidente.
Reunidos en la ciudad de Leópolis, en el oeste de Ucrania y lejos del frente de guerra, los dignatarios discutieron temas como la ampliación de los intercambios de prisioneros de guerra y concertar una visita de expertos en energía atómica de la ONU para ayudar a mantener la seguridad de la central nuclear más grande de Europa, que se encuentra en medio de intensos combates que han desatado temores de una catástrofe.
Erdogan se ha posicionado como intermediario en los esfuerzos para detener los combates. Aunque Turquía es miembro de la OTAN, su tambaleante economía depende del comercio con Rusia, y el país ha tratado de mantenerse en una postura intermedia entre las dos naciones en conflicto.
Al concluir las conversaciones, el presidente turco instó a la comunidad internacional a no abandonar los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra que ha cobrado la vida de decenas de miles de personas y ha obligado a más de 10 millones de ucranianos a abandonar sus hogares.
Reiteró que Turquía está dispuesta a actuar como “mediador y facilitador” y añadió: “Sigo convencido de que la guerra terminará en la mesa de negociaciones”.
Turquía albergó conversaciones en Estambul entre negociadores rusos y ucranianos en marzo pasado, pero los esfuerzos por poner fin a las hostilidades fracasaron.
En tanto, en el frente de batalla, al menos 17 personas murieron durante la noche a causa de los intensos ataques con misiles rusos contra la región ucraniana de Járkiv, informaron el jueves las autoridades ucranianas.
El ejército ruso afirmó que impactó una base de mercenarios extranjeros en Járkiv, matando a 90 personas. Ucrania no comentó al respecto hasta el momento.
En el más reciente de una serie de incidentes en territorio ruso cerca de la frontera con Ucrania, un depósito de municiones se incendió en la región de Belgorod, dijo el gobernador regional. No se informó de víctimas.
En una escalada a las tensiones internacionales, Rusia desplegó aviones de combate con misiles hipersónicos de última generación en la región de Kaliningrado, un enclave rodeado por Lituania y Polonia, que son miembros de la OTAN.
Uno de los principales temas durante las reuniones en Leópolis fue la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania. Moscú y Kiev se han acusado mutuamente de atacar el complejo.
En una condena al Kremlin por lo que llamó “chantaje nuclear”, Zelenskyy ha exigido que los soldados rusos abandonen la planta y que se permita la entrada de un equipo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
“Hay que desmilitarizar la zona y decir las cosas como son: Cualquier daño potencial en Zaporiyia es un suicidio”, señaló Guterres en una conferencia de prensa.
Erdogan también expresó su preocupación por los enfrentamientos en torno a la central: “No queremos vivir otro Chernóbil”, expresó en referencia al peor accidente nuclear de la historia, ocurrido en Ucrania en 1986.
Zelenskyy y Guterres llegaron a un acuerdo el jueves para que una misión del OIEA visite la planta, según el sitio web de la presidencia de Ucrania. De momento se desconoce si Rusia aceptará esos términos.
En cuanto al retiro de tropas, un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo previamente que ello dejaría “vulnerable” la planta.
Las preocupaciones sobre la planta aumentaron el jueves, ya que las autoridades rusas y ucranianas se acusaron mutuamente de conspirar para atacar el sitio y luego culpar a la otra parte.
Guterres aprovechó las conversaciones en Leópolis para nombrar al general brasileño Carlos dos Santos Cruz para dirigir una misión de investigación de la ONU a la prisión de Olenivka, donde 53 prisioneros de guerra ucranianos murieron en una explosión en julio. Rusia y Ucrania se han culpado mutuamente del estallido.
En la agenda del jueves también se tocó el tema de un aumento de las exportaciones de grano. Hace unas semanas, la ONU y Turquía mediaron un acuerdo para que Ucrania pudiera exportar 22 millones de toneladas de maíz y otros cereales varados en sus puertos del mar Negro desde la invasión rusa.
El bloqueo ha agravado la escasez de alimentos en el mundo, ha causado un aumento en los precios y ha incrementado los temores de una hambruna, especialmente en África. Sin embargo, incluso con el acuerdo, apenas una fracción de los granos han salido de Ucrania, alrededor de 600.000 toneladas, según las estimaciones de Turquía.
Zelenskyy dijo el jueves que propuso aumentar los embarques. Guterres, por su parte, aplaudió el éxito de la operación, pero añadió que «qeda un largo camino por recorrer antes de que esto se refleje en la vida diaria de la gente en su panadería local y en sus mercados”.
Fuente: AP