Marilyn del Valle se paraba lo más que podía el jueves para aplaudir y tomar fotos al vicepresidente Mike Pence que hacía uso de la palabra en la iglesia Nación de Fe en Kissimmee.
Del Valle, una orgullosa “nuyorican” —nacida en Nueva York de padres puertorriqueños—, vive en el centro de Florida. Pertenece a un sector poblacional muy cortejado por el Partido Republicano esta campaña: los latinos evangélicos.
El equipo de campaña considera que prestando importancia a la religión y a posturas antiaborto podría interesar a los electores hispanos que dudan del Partido Republicano en diversos temas, como la cuestión migratoria. Incluso atraer a una fracción de latinos evangélicos podría ayudar a Trump a ganar Florida de nuevo. En 2016, Trump ganó en el estado con diferencia de 1,2 puntos porcentuales.
Hace menos de dos semanas, Trump arrancó su campaña “Evangélicos con Trump” con una visita a una iglesia hispana en Miami, y el acto del jueves fue una continuación. Kissimmee, en el condado Osceola cerca de Orlando, tiene una prominente presencia puertorriqueña. Esos electores interesan al Partido Republicano porque son ciudadanos estadounidenses y pueden votar. Aunque muchos han sido tradicionalmente demócratas, los republicanos creen que pueden interesar a las personas más conservadoras de ese creciente sector poblacional.
Según estadísticas del censo, 29,3% de los habitantes de Osceola eran no blancos en 2000. En 2018, el porcentaje aumentó a 55,3%.
Pence animó a una multitud de cientos de personas y suscitó fuertes aplausos cuando mencionó las políticas antiaborto del gobierno.
“El presidente Donald Trump es el presidente más provida en la historia de Estados Unidos”, agregó.
Roberto Barreto, que viajó en automóvil a Kissimmee para ver al vicepresidente, dijo: “Para mí es crucial que un candidato sea provida”. Agregó que la fortaleza de la economía es otro factor importante en su apoyo a la fórmula republicana.
El puertorriqueño Saúl Pérez, que vive cerca de St. Cloud, ha asistido durante 12 años a la iglesia Nación de Fe. Señaló que sus máximas prioridades son la expresión religiosa y la economía. Subrayó contento que hace poco le costó 2,70 dólares un galón de gasolina (71 centavos por litro) cuando con el presidente Barack Obama pagaba 3,89 dólares (1,02 dólares por litro).
“Las cosas estuvieron mal antes con Obama”, agregó.
Fuente: AP