El presidente de Francia, François Hollande, se refirió este lunes a la filtración de más de once millones de documentos que dejó al descubierto el accionar del estudio de abogados panameño Mossack Fonseca y las multimillonarias operaciones de sus clientes -empresarios, líderes políticos y otras figuras públicas- en paraísos fiscales.
«Todas las informaciones que sean publicadas darán lugar a investigaciones por parte de los servicios fiscales y a procesos judiciales», declaró Hollande, quien alabó la labor de aquellos que divulgaron el escándalo: «Hacen un trabajo útil para la comunidad internacional, toman riesgos y deben ser protegidos».
«Hacen un trabajo útil para la comunidad internacional, toman riesgos y deben ser protegidos»
«Agradezco a quienes dieron la alerta y a la prensa que se ha movilizado, y no dudo de que nuestros investigadores están listos para estudiar esos casos, primero por la moral y también por el bien de nuestras finanzas públicas», agregó el jefe de Estado.
«Es una buena noticia que conozcamos estas revelaciones, porque eso nos va a traer aún más ingresos fiscales por parte de quienes han defraudado», señaló el mandatario, quien recordó que en 2015 «20 millones de euros fueron notificados» y que de ese dinero evadido, el Estado francés «ya había recuperado 12.000 millones».
En el informe difundido por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), se destacan, entre otras personalidades francesas, los nombres de Jérôme Cahuzac y Patrick Henri Devillers.
No es el primer escándalo de Cahuzac. En 2013, el medio francés Mediapart reveló que el entonces ministro de Hacienda, abanderado de la lucha contra el fraude y símbolo de la optimización fiscal, tuvo durante al menos 20 años una cuenta bancaria no declarada en la Unión de Bancos Suizo (UBS) de Ginebra, antes de mover ese dinero -750.000 dólares- a Singapur en 2009.
Devillers también es conocido de los tribunales. Su nombre está asociado al de Bo Xilai, antiguo ministro de Comercio y ex líder de la ciudad de Chongqing. El arquitecto francés es mencionado como testaferro para el político chino y su esposa Gu Kailai de una firma con sede en las Islas Vírgenes Británicas, que permitió la compra en secreto de una mansión de lujo en el sur de Francia.
La investigación realizada por un centenar de medios sobre 11,5 millones de documentos filtrados reveló que 140 responsables políticos y famosos tenían parte de sus fortunas en paraísos fiscales.