El vuelo de American Airlines que debía viajar de Barcelona a Miami este sábado fue cancelado tras dos intentos fallidos de despegue a causa de una fuga de combustible, según han explicado algunos pasajeros a LaVanguardia.com. Como consecuencia de la cancelación del vuelo, más de 200 pasajeros han quedado en tierra y muchos han tenido que dormir en el aeropuerto ya que la compañía no les pudo ofrecer un hotel por el colapso de la ciudad con el GP de Fórmula 1 y el triunfo del Barça. Gran parte de los pasajeros ya han sido recolocados en otros vuelos para este domingo, pero todavía quedan demandas por atender.
«Yo he tenido suerte y me han recolocado en un vuelo este domingo, pero otros compañeros todavía no tienen uno asignado y les han pedido paciencia», tal y como ha contado una pasajera a la web de La Vanguardia.
El avión estaba previsto que despegara a las 12.20 horas del sábado. Los viajeros ya habían embarcado en el aparato y estaban dispuestos a empezar sus vacaciones cuando, de pronto, empezó a hacer un «calor infernal». Ante ese microclima, la tripulación de vuelo obligó a desalojar la nave.
Los viajeros retornaron a la terminal y no obtuvieron ninguna información hasta las 5 de la tarde, cuando las azafatas anunciaron que por fin podían retomar su vuelo. Se realizó un segundo embarque y el avión rodó incluso hasta la pista de despegue.
Durante este camino, varios miembros del aeropuerto vieron como el avión seguía perdiendo grandes cantidades de combustible y avisaron al piloto, que decidió cancelar el vuelo.
Pasajeros desamparados
Los pasajeros volvieron a la terminal muy desconcertados ya que no recibieron más que una tarjeta con el número de la compañía. Los usuarios intentaron llamar en varias ocasiones pero las líneas estaban colapsadas tras el incidente.
Algunos tuvieron suerte y tras varias llamadas consiguieron reprogramar su vuelo para este domingo. Otros todavía no han obtenido respuesta y han tenido que dormir en el aeropuerto. La compañía se disculpó por no poderles ofrecer un hotel ante la plena ocupación de los establecimientos por el Gran Premio de Fórmula 1 y el triunfo del Barça en el Camp Nou.
Durante todo el sábado, las oficinas de la compañía en el aeropuerto del Prat permanecieron cerradas, por lo que los usuarios quedaron desamparados. Únicamente recibieron un tiquet para canjearlo por una merienda, que consistía en un diminuto bocadillo.
«Es una vergüenza, nadie nos ha dado ninguna explicación. Ni siquiera nos han dado opción a denunciar, las azafatas simplemente ofrecieron la hoja de reclamaciones y ni siquiera habían suficientes», denuncia una pasajera.
Fuente: MiamiDiario
