El presidente, Barack Obama, dijo que de cara a los desafíos futuros, el país necesita un liderazgo «inteligente, estable y de principios», al advertir sobre el peligro del aislacionismo y de «celebrar la guerra».
«Tenemos que asociarnos con el mundo, no podemos retroceder», sostuvo Obama durante un discurso en la ceremonia de graduación de la Academia de la Fuerza Aérea en Colorado Springs (Colorado).
Aunque no mencionó en ningún momento a Donald Trump, la intervención de Obama contuvo varias críticas veladas a las propuestas en política exterior y defensa del virtual candidato republicano a la Casa Blanca.
«Tenemos más alianzas con otros países que ningún otro», subrayó Obama al anotar que esas asociaciones son «la base de la prosperidad y estabilidad global», y que el mundo «mira» hacia Estados Unidos para «establecer la agenda» y cuando hay problemas, no a otras naciones como Rusia o China.
También recordó que no ha dudado en «usar la fuerza» durante su mandato cuando lo ha creído necesario, pero alertó a la vez contra «celebrar la guerra» o «correr» para involucrar al país en un conflicto bélico.
«La guerra, no importa cuán nobles puedan ser nuestras intenciones, promete agonía y tragedia», afirmó.
Según Obama, las decisiones que el presidente toma como comandante en jefe deben estar guiadas «por la inteligencia», no por la «ideología».
«Mientras navegamos en este mundo complejo, Estados Unidos no puede eludir el manto del liderazgo. No podemos ser aislacionistas. No es posible en este mundo globalizado, interconectado», enfatizó Obama.
Pero Estados Unidos debe ejercer ese liderazgo «no ordenando» ni «dando lecciones» a otros países, sino trabajando con ellos «como socios» y «con respeto», puntualizó a continuación.
Durante su discurso, el mandatario defendió de nuevo su decisión de no intervenir militarmente en Siria e insistió en la necesidad de una solución «política» a la guerra civil en ese país.
En cuanto a Libia, también repitió la reflexión acerca de que «no se hizo lo suficiente» para estabilizar al país tras la intervención internacional de 2011 bajo el paraguas de la OTAN contra el régimen dictatorial de Muamar El Gadafi.
Obama no ha podido cumplir su promesa de campaña de poner fin por completo a las guerras en Afganistán e Irak.
El plan más reciente sobre Afganistán, donde actualmente hay 9.800 soldados estadounidense, contempla mantener en ese país a unos 5.500 cuando Obama deje la Casa Blanca en enero próximo.
Mientras, en Irak más de 4.000 militares estadounidenses están involucrados en la campaña contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), fundamentalmente en tareas de asesoramiento e inteligencia.
El pasado lunes, durante la celebración del Día de los Caídos (Memorial Day), Obama detalló que más de 20 militares estadounidenses han fallecido en el último año en Afganistán y otros tres en Irak.
Por otro lado, miembros de las Fuerzas Especiales de EEUU están involucrados en la lucha contra el EI en Siria y Libia.
Durante el discurso ante los recién graduados de la Fuerza Aérea, en un tono más distendido,Obama confesó que echará de menos el Air Force One, el avión presidencial, sobre todo porque «siempre llega a tiempo» y «nunca pierde» su equipaje.
El del jueves fue seguramente su último discurso en una ceremonia de graduación como presidente, tras los que ofreció en mayo en la Universidad Howard de Washington, un centro con mayoría de estudiantes afroamericanos, y en la Universidad Rutgers de Nueva Jersey.
La semana próxima su hija mayor, Malia, terminará el instituto y Obama ya ha dicho que va a intentar «no llorar demasiado» en la ceremonia de graduación.
Fuente: Miamidiario.com
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