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Nicolás Maduro otorga el indulto a más de 100 presos políticos y diputados perseguidos

por actualidad

A menos de 100 días de las elecciones parlamentarias, Nicolás Maduro ha decidido otorgar el indulto a más de 100 presos políticos y diputados perseguidos. “La intención es profundizar el proceso de reconciliación nacional de cara al próximo proceso electoral”, ha asegurado el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, durante la lectura de la medida de gracia en televisión. Entre los favorecidos se encuentran parlamentarios refugiados en embajadas o en el exilio como Freddy Guevara o Miguel Pizarro; la mano derecha de Juan Guaidó, Roberto Marrero o el politólogo Nicmer Evans. En la lista de 110 personas, no se encuentran altos mandos militares encarcelados o el dirigente opositor Julio Borges.

La liberación de este centenar de represaliados, de los más de 300 presos políticos que se estima hay en las cárceles venezolanas, sería una concesión de cara a las elecciones del 6 de diciembre y parte de las negociaciones que el Gobierno mantiene con un sector de la oposición que lidera Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial. “La única razón para no participar en las elecciones del 6 de diciembre es porque tu plan es distinto a dirimir las cosas por la vía democrática”, reiteró Rodríguez.

Entre los beneficiados con la medida están varios parlamentarios refugiados en embajadas o en el exilio sobre el que se iniciaron procedimientos judiciales violando su inmunidad como Freddy Guevara, Mariela Magallanes, Freddy Superlano, Américo De Graza, Carlos Lozano, Jorge Millán, José Guerra, Richard Blanco, Tomás Guanipa, Luis Stefanelli, Carlos Paparoni, Miguel Pizarro, Juan Andrés Mijía, Rafael Guzmán, Franco Casella, Juan Pablo García, Winston Flores, José Simón Calzadilla, Henry Ramos Allup, Edgar Zambrano, Luis Florido y Juan Pablo Guanipa. También se incluyó a Gilber Caro, Ismael León y Renzo Prieto actualmente en prisión y de otros dirigentes como Roberto Marrero, estrecho colaborador de Juan Guaidó, el politólogo Nicmer Evans, llevado por los organismos de inteligencia el mes pasado, y el activista Vasco Da Costa, preso desde hace dos años

El indulto se produce en medio de un torbellino en la oposición sobre las maneras de encarar las parlamentarias, a las que el grupo que se aglutina en torno a Guaidó ha anunciado que no participará. A estas posturas, la iglesia a través de la Conferencia Episcopal de Venezuela y otros liderazgos como el de Henrique Capriles habían planteado como un error no participar, aún reconociendo las condiciones adversas, y habían insistido en la necesidad de aprovechar el evento electoral para movilizar a la población y se han movilizado en torno a negociar mejores condiciones. El fin de semana pasada, Capriles participó en las gestiones que inesperadamente dieron con la medida de casa por cárcel para diputado Juan Requesens, preso por más de dos años sin juicio, señalado por atentar contra Maduro.

En la lista de indultados no están incluidos algunos nombres como el diputado Julio Borges, en el exilio en Colombia, o el ex alcalde David Smolansky, ambos parte del gobierno interino de Juan Guaidó. Tampoco está un centenar de militares procesados por presuntas conspiraciones contra el gobierno ni los presos políticos que heredó Maduro de Hugo Chávez, como los comisarios policiales detenidos por los hechos de violencia en torno al golpe de Estado de 2002. Otras veces las liberaciones de presos políticos han sido usadas por el gobierno en atolladeros políticos. Pero esta vez, sin duda, es la más significativa por las figuras. Las exigencias de la oposición, sin embargo, incluyen condiciones electorales. Los principales partidos que se oponen a Maduro han sido intervenidos y todavía queda ver si quienes tienen inhabilitaciones políticas podrán participar.

La maniobra de Capriles ha producido tensiones en las entrañas de la dirigencia opositora y le abre una nueva grieta al consenso de los críticos al chavismo: Guaidó ya tenía amarrado un acuerdo con los principales partidos democráticos para no asistir a unos comicios cuestionados y diseñar un mecanismo participativo alternativo. Este fin de semana, el líder opositor recibió el primer golpe con la negativa de María Corina Machado. La dirigente opositora, que no aglutina a una gran parte de la población, pero sí genera mucha presión sobre todo en círculos de Estados Unidos, informó de que no habían llegado a un acuerdo e insistió en que hay que apostar por una opción de fuerza.

El avance de Capriles, González, y otros dirigentes en el seno del conocido como G-4 -que aglutina a los cuatro principales partidos de la oposición- le plantea un problema también a Leopoldo López, junto a Guaidó el conductor actual de la estrategia opositora. López y Capriles, rivales desde hace mucho tiempo, se tienen una enorme desconfianza mutua.

Fuente: El País

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