El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu declaró el jueves que la amenaza de Estados Unidos de retener armamento no evitará que Israel continúe con su ofensiva en la Franja de Gaza, indicando que podría proceder con una invasión a la hacinada ciudad de Rafah a pesar de la oposición de su principal aliado.
El presidente estadounidense Joe Biden ha instado a Israel a no continuar con esa operación por temor a que empeore la catástrofe humanitaria en el territorio palestino. El mandatario informó el miércoles que Estados Unidos no suministraría armamento ofensivo para una operación en Rafah, aumentando la presión sobre Netanyahu.
Pero en un comunicado dado a conocer el jueves, Netanyahu declaró: “Si tenemos que luchar solos, lucharemos solos. Si es necesario, lucharemos con las uñas. Pero tenemos mucho más que uñas”.
El principal portavoz militar israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, también pareció restar importancia al impacto práctico de la retención de cualquier armamento. “El ejército tiene las armas que necesita para las misiones que planifica, y también para las misiones en Rafah. Tenemos todo lo que necesitamos”, afirmó Hagari en respuesta a una pregunta en una rueda de prensa.
Israel ha amenazado en repetidas ocasiones con invadir Rafah, en donde se resguardan cerca de 1,3 millones de palestinos, más de la mitad de la población de la Franja de Gaza. La ciudad, ubicada en el extremo sur del territorio palestino, es el principal centro de operaciones humanitarias, las cuales se han visto gravemente obstaculizadas por los cierres de esta semana en los dos principales cruces fronterizos hacia Gaza.
Israel sostiene que Rafah es el último bastión de Hamás y que el ejército debe ingresar a la ciudad si espera desmantelar al grupo y rescatar a los rehenes restantes que fueron capturados durante el ataque de Hamás del 7 de octubre que desencadenó la guerra.
En una respuesta a la decisión de Biden, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, publicó en la red social X un corazón entre las palabras “Hamás” y “Biden”. Él y otros miembros ultranacionalistas de la coalición de Netanyahu están a favor de una operación a gran escala en Rafah y han amenazado con ponerle fin a su gobierno si no se concreta.
Los grupos de ayuda humanitaria afirman que una invasión a Rafah sería catastrófica. Naciones Unidas asegura que la mayoría de los 2,3 millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza padecen hambre, y que el norte de Gaza ya sufre de una “hambruna en toda regla”.
Incluso la operación limitada que Israel lanzó esta semana, en la que una brigada de tanques tomó el control del lado de Gaza del cruce fronterizo de Rafah con Egipto, ha provocado una crisis en las operaciones humanitarias.
La situación también complicó los esfuerzos de varios meses de Estados Unidos, Qatar y Egipto de negociar un acuerdo de cese del fuego y liberación de rehenes. Hamás señaló esta semana que había aceptado la propuesta de cese del fuego que le fue presentada por Egipto y Qatar, pero Israel afirma que el plan no aborda sus principales demandas. El jueves concluyeron varios días de negociaciones de seguimiento sin un acuerdo.
Algunos analistas afirman que la postura de Biden hacia Israel, y la disputa entre los aliados, amenazaba con debilitar la posición israelí en la mesa de negociaciones y endurecer la postura de Hamás. El grupo miliciano ha exigido garantías de que se dará fin a la guerra y un retiro total de Israel de Gaza como parte de cualquier pacto. Israel descarta por completo ambas propuestas.
“Esto envía un mensaje de discordia en un momento en el que Hamás se resiste a un acuerdo de intercambio de rehenes con la esperanza de que aumente la presión sobre Israel y obtenga un cese del fuego sin tener que dar nada a cambio”, dijo el Israel Policy Forum, una organización proisraelí con sede en Nueva York.
El ataque de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel dejó unos 1.200 muertos, en su mayoría civiles, y el grupo tomó a cerca de 250 personas como cautivos. Los milicianos presumiblemente aún tienen a unos 100 cautivos y los restos de más de 30, después de que la mayoría de los demás fueron liberados como parte de una tregua a finales del año pasado.
Desde el comienzo de su actual ofensiva, Israel ha matado a más de 34.800 palestinos en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud del territorio palestino. La ofensiva israelí, realizada con municiones suministradas por Estados Unidos, ha causado una extensa devastación y ha obligado a cerca del 80% de la población de Gaza a abandonar sus hogares.
La toma de Israel del cruce de Rafah del pasado martes obligó el cierre de un crucial punto de entrada de combustible, y se desconoce cuándo reabrirá. El Organismo de Obras Públicas y Socorro de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, conocido como UNRWA, informó que apenas tiene suministros suficientes para mantener sus operaciones por unos días más, y que ha comenzado a racionar.
Israel reabrió su lado del cruce cercano de Kerem Shalom —la principal terminal de carga de Gaza— después de que el fin de semana pasado se registró un ataque con cohetes, pero la UNRWA, la principal proveedora de ayuda humanitaria en el territorio, asegura que no se puede llevar la asistencia al lado palestino debido a la situación de seguridad.
Una ruta que fue reabierta recientemente en el norte del territorio sigue en operaciones, pero el martes apenas ingresaron 60 camiones por el lugar, muy por debajo de los 500 que entraban a diario a Gaza antes de la guerra.
El jueves a primera hora partió el primer buque de asistencia humanitaria con destino a un muelle flotante de construcción estadounidense que se instalará en Gaza. Pero se desconoce cuándo es que el corredor estará en funcionamiento, e incluso entonces no podrá manejar tanta cantidad de ayuda como los dos principales cruces terrestres de Gaza.
El mayor Pete Nguyen, portavoz del Pentágono, dijo el jueves que aún hay partes del muelle en el puerto israelí de Ashdod a la espera de que mejoren las condiciones marítimas antes de poder ser trasladadas hacia las aguas frente a Gaza. Añadió que el buque estadounidense Sagamore, el cual salió de Chipre, transportaría ayuda a otra embarcación, el Roy P. Benavidez, el cual se encuentra frente a las costas de Gaza.
«Estados Unidos comenzará en los próximos días con un esfuerzo respaldado por la comunidad internacional para expandir la entrega de asistencia humanitaria a la gente de Gaza a través de un muelle flotante.
Fuente: AP