Las muertes ocasionadas por alcohol, drogas o suicidio en Estados Unidos alcanzaron su nivel más alto desde que empezó el registro de esos datos. Pasaron de 43.9 a 46.6 decesos por cada 100.000, en 2017, lo que significó un incremento de 6 por ciento.
De acuerdo con el portal de USA Today, se trata de la cifra más alta desde que inició ese registro, en 1999. Los datos están basados en el análisis de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades realizado por dos organizaciones sin fines de lucro de salud pública: Trust for America’s Health y Well Being Trust.
Aunque se trató de un aumento más lento que en los dos años anteriores, fue mayor que el aumento anual promedio de 4 por ciento, desde 1999.
Según este reporte, las muertes por suicidio aumentaron de 13.9 a 14.3 por cada 100.000; es decir, un aumento de 4 por ciento que significa el doble del promedio anual registrado en la pasada década.
Entre 2008 y 2017, en Estados Unidos aumentaron los suicidios por asfixia 42 por ciento, mientras que los suicidios con arma de fuego se elevaron 22 por ciento en ese mismo periodo.
Solo en cinco Estados las muertes relacionadas con alcohol, drogas o suicidios cayeron en 2017: Massachusetts, Oklahoma, Rhode Island, Utah y Wyoming, reveló el análisis.
Sin embargo, el asunto de los opioides sintéticos sigue siendo alarmante. Las muertes por este tipo de sustancias, incluida el fentanilo, alcanzaron 45 por ciento y los decesos relacionados a su consumo se multiplicaron diez veces en apenas cinco años.
El pasado diciembre se supo que el fentanilo reemplazó a la heroína como la droga más mortífera en Estados Unidos.
El reporte de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) destacó que los decesos por esta causa aumentaron un 54 % entre 2011 y 2016.
En 2016, las drogas vinculadas a con mayor frecuencia a las muertes por sobredosis accidental fueron fentanilo, heroína y cocaína, mientras que aquellas relacionadas con los suicidios por sobredosis fueron la oxicodona, la difenhidramina, la hidrocodona y la alprazolam.
Kimberly McDonald, una trabajadora social que perdió a su padre por suicidio en 2010, compartió con USA Today su sentir respecto del tema y su incremento en el país.
«Somos una sociedad que critica y carece de compasión, integridad y empatía. Trabajo diario con individuos que tienen sus propios demonios».
El psicólogo Benjamin Miller, director de estrategia de Well Being Trust, señaló que se necesitan esfuerzos más amplios para abordar las causas detrás del consumo de alcohol y drogas y del suicidio.
«Es casi una broma lo simple que estamos tratando de hacer estos problemas. No estamos cambiando de dirección y está empeorando».
Fuente: Infobae