“Una vez más ese lenguaje ofensivo de llamar farsante al jefe de estado de un país del cual Venezuela depende sus ingresos. El tono de voz con el cual transmite una especie de megalomanía en la cual aparece enfrentado los Estados Unidos no tiene sentido. Sobre todo que el presidente Obama en esa entrevista ha sido muy claro una vez más sobre principio universales que Venezuela se ha comprometido en materia de libertad de expresión, en materia de derechos humanos, de lucha contra el narcotráfico. Pero ciertamente es un llamado, es como un puente lanzado para buscar una acción de cooperación y esfuerzos comunes. Esa sensibilidad excesiva no corresponde a la importancia y al interés que el presidente Obama dio en esas declaraciones. Por supuesto con firmeza, pero son firmezas que obligan al estado venezolano. Obama no obligó a Chávez a firmar la Carta Interamericana de Derechos Humanos. Obama no obliga a Chávez a mantenerse en la OEA que tanto critica. Obama no lo obliga a cumplir con la cláusula democrática establecida en el Mercosur esa es una decisión y disposición del estado venezolano. Lo que notamos allí es ciertamente un desequilibrio, un nerviosismo que no tiene razón de ser y nuevamente comienza con los ataques, inclusive en esas declaraciones hay en el fondo mucho de racismo”.
“Mientras Chávez va de cumbre en cumbre, los resultados a los que llega van de fracaso en fracaso para la “revolución bolivariana”.
“En el Mercosur tuvo un fracaso, esas presiones tremendas que ejerció con sus aliados, lo que ha hecho es no solamente debilitar a Chávez sino a los aliados, porque lo que tendría que hacer no es una comisión de alto nivel para ver que Venezuela entre y el capricho de Chávez sea cumplido, sino crear una comisión de negociación que permita que el gobierno venezolano hable con los empresarios, hable con los trabajadores, hable con los académicos, porque nadie en Venezuela está en contra de la integración. Nosotros creemos que el Mercosur puede y debe ser una visión de futuro”.