«Hay buena gente encargándose de ellos -James Feigen, Ryan Lochte, Gunnar Bentz y Jack Conger-, entonces hay que esperar», dijo el atleta más laureado de todos los tiempos ante unos periodistas que lo sorprendieron al salir de un Starbucks en Scottsdale, Arizona, según reportó CNN.
El Comité Olímpico Internacional informó que ha establecido una comisión disciplinaria para investigar a los nadadores estadounidenses que el fin de semana pasado aseguraron falsamente que habían sido víctimas de un asalto en Río de Janeiro.
Ryan Lochte, Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen pasarán desgraciadamente a la historia de los Juegos Olímpicos de Río 2016 por algo más que por sus logros en la piscina. Lo harán también por haber protagonizado un vergonzoso suceso y luego haber mentido para impedir que la verdad viera la luz.
De acuerdo al reportaje publicado en Tuotrodiario los cuatro regresaban de fiesta el pasado domingo cuando, según ellos, fueron víctimas de un atraco «a punta de pistola» por parte de unos individuos que iban vestidos de policías.
Según las imágenes de las cámaras de seguridad y los relatos de varios testigos, los nadadores llegaron en taxi a una gasolinera en Barra da Tijuca, cerca de la Villa Olímpica. Allí, ebrios, provocaron algunos daños materiales y los empleados de la gasolinera avisaron a la policía, que se personó en el lugar y trató de impedir que los deportistas salieran del local.
Los testigos declararon que Lochte, Bentz, Conger y Feigen estaban «exaltados, agresivos y en estado de embriaguez». Los cuatro fueron liberados por la policía tras pagar 100 reales (24 euros) y 20 dólares estadounidenses (17,6 euros) como compensación por los daños provocados en la tienda de la gasolinera.
Según Tuotrodiario esa es la verdad de lo ocurrido. Lochte y sus compañeros incurrieron en lagunas y contradicciones en su relato de los hechos, lo que llegó a provocar que a dos de ellos les impidieran embarcar en el avión que iba a llevarles a Estados Unidos.
Lochte es el único que ha vuelto a su país, porque voló el lunes, un día después del suceso. A Bentz, Conger y Feigen les han retenido el pasaporte y no podrán volver a EEUU hasta que testifiquen de nuevo y el asunto quede definitivamente resuelto.
Este vergonzoso incidente ha provocado que el Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC por sus siglas en inglés), se haya visto obligado a pedir disculpas a Brasil y al pueblo brasileño.