Actualidad Radio

Home » Miami está en riesgo latente por inundaciones

Miami está en riesgo latente por inundaciones

por actualidad

Miami se hunde de forma literal, con toda la amenaza que supone, por el impacto del cambio climático. Esta circunstancia ha provocado y provoca la elevación del nivel del mar y las cada vez más frecuentes inundaciones de los barrios de la zona de playa, así como de la franja costera.

Aunque los candidatos republicanos (salvo John Kasich) pasan de puntillas o esquivan esta cuestión durante sus discursos de cara a las primarias de este martes en Florida, muchos residentes se plantean el absurdo que puede ser continuar con la gran expansión urbanística en una zona tan vulnerable como el frente marítimo, uno de los puntos más frágiles en la geografía de Estados Unidos.

InundacionesMiami

El problema emerge a nada que se rasca un poco en cualquier conversación, sea en un despacho o en una cena en el barrio de Coral Gables.

No faltan, por supuesto, los que sostienen que esto del cambio climático es un fraude.

Depende de los cálculos, los científicos consideran que en el 2050 el nivel del mar puede subir unos 60 centímetros. A finales de este siglo, las cifras que se barajan oscilan entre casi un metro hasta el metro y medio. Expertos como Hal Wanless, presidente del departamento de Geología de la Universidad de Miami, creen que, dada la aceleración, la subida podría rondar los tres metros.

«No pocas veces vas al cine a Miami Beach y te has de quitar los zapatos porque todo está anegado de agua», señala Maribel Balbín, presidenta de League of Women Voters del condado Miami-Dade. Esta organización sin ánimo de lucro recoge quejas y propuestas ciudadanas. Una de las más frecuentes y reiteradas es precisamente la del impacto del calentamiento global y de las cada día más habituales subidas de la marea invasora del asfalto, que además contaminan el acuífero y, por tanto, el agua potable.

Las noches de luna llena resultan muy bonitas, pero hacen sonar todas las alarmas. En estos barrios costeros se encuentran con calles como arroyos sin razón aparente. Los expertos explican el reverso del sentido de una infraestructura. Las instalaciones creadas para aligerar las lluvias han visto como mutaba su función. En lugar de llevar agua hacía el océano, la conducen hacia el interior de la ciudad.

Sólo había que mirar ayer la prensa local. En inglés y en español. El Miami Herald y El Nuevo Herald publicaban sendas páginas con la última noticia. El municipio de Miami Beach, el epicentro, anunció una inversión de urgencia de 25 millones de dólares para proteger un tramo de 1,5 kilómetros en Indian Creek Drive, uno de los puntos que más sufrió el impacto de las inundaciones a finales del 2015. Tuvieron que cerrar varias calles. Construirán un malecón y una bomba de achicar el agua.

«Hemos tomado la decisión de acelerar este proyecto y aliviar la situación antes de que acabe el 2016», señala en un comunicado Eric Carpenter, el director de Obras Públicas. Este municipio ya ha invertido en los últimos años más de 100 millones de dólares para paliar el desastre.

«Se debe cambiar cómo se construyen los edificios. Más que mitigar hay que adaptarse a la nueva realidad», recalca Balbin.

El sur de Florida está bajo amenaza. Sus cuatro condados se han unido en un frente común o compact. Sin embargo, las autoridades del norte, que son las que mandan, no quieran saber nada.

«No escuchan», bromea Balbin, cargada de sarcasmo.

No es para menos cuando recuerda que el gobernador Rick Scott prohibió que el calificativo «cambio climático» apareciera en documentos oficiales. Hay que hablar, según la opinión de este conservador negacionista, de «molestas inundaciones» o de «evento meteorológico».

Los republicanos han pasado de puntillas por el asunto en sus comparecencias en esta región de cara a las primarias de este martes, pese a la persistente presencia de este tema en el devenir cotidiano. «Es una de nuestras grandes preocupaciones como sociedad y existe un sentido de emergencia», remarca Balbin.

«Ser conservador no significa ser idiota», comenta uno de los jóvenes del Great Old Party (GOP), identificado como Jeffrey, que asiste a la fiesta convocada en la Universidad de Miami para seguir el debate de los suyos en ese mismo recinto. Sucedió el pasado jueves. Todo arranca en el momento en que Jake Tapper, periodista de la CNN y conductor de esa confrontación entre los cuatro republicanos en la carrera, se dirige en concreto a Marco Rubio, que juega en casa.

Entonces Tapper le dice que había requerido al alcalde republicano Tomas Regalado, otro periodista, por la cuestión que él le formularía a su colega Rubio, al que da apoyo. Regalado, uno de los de la diáspora cubana, de donde salió del niño al poco de triunfar la Revolución, se ha manifestado muy en contra del proceso de apertura promovido por el presidente Obama. Pero aparcó este asunto y le confesó que lo más preocupante para él es el cambio climático.

«Bien -se arranca Rubio en su respuesta-, seguro que el clima está cambiando y una de las razones es que el clima siempre ha estado cambiando. Nunca ha habido una época en que el clima no haya cambiado…».

La continuación de la respuesta no se escucha en esa sala. Los cachorros republicanos estallan con hilaridad por las palabras de Rubio. Surge una carcajada generalizada. «No podemos mirar a otro lado -insiste Jeffrey- cuando, como ha ocurrido repetidamente este otoño, hemos visto las imágenes de los turistas chapoteando al salir de los hoteles».

«Hasta hoy, los candidatos presidenciales republicanos han rechazado el calentamiento global de manera absoluta y revocado cualquier solución por considerarla difícil o demasiado cara». Este párrafo no lo ha redactado un aliado de Obama. Se lee en un artículo de opinión del Miami Herald impreso esta pasada semana con la firma de Regalado.

Prosigue: «Como firme republicano, comparto la sospecha de mi partido de que el gobierno (federal) se extralimita con regulaciones poco razonables. Pero para nosotros y otros muchos responsables en Florida del Sur, el cambio climático no es una cuestión partidista. Es la gran crisis que se avecina y que debemos afrontarla cuanto antes».

El artículo apareció antes del debate. El alcalde ya muestra su convicción de que el asunto no iba a disfrutar de recorrido entre sus colegas ideológicos. Pero, ante las tesis negacionistas de sus compañeros, Regalado recuerda que delante aparecen hechos incuestionables, «y no debemos perder el tiempo debatiendo».

Es decir, se debe actuar ya. Tal vez, al final, acabe apoyando al municipio de South Miami, que en el 2014 aprobó una moción para tratar de ser el estado 41 de EE.UU. y escindirse del norte, de los que niegan las evidencias. Siempre según esa resolución.

También podria interesarte

Deja tu comentario