La comisión del condado de Miami-Dade aprobó recientemente la eliminación del fluoruro en el sistema de agua potable, una decisión celebrada por el comisionado Roberto González, quien la defendió citando tanto los costos como preocupaciones de salud.
González argumentó que la medida responde a la evidencia de que los residentes ya reciben una exposición adecuada al fluoruro a través de otras fuentes, como la pasta de dientes. Señaló que la adición de fluoruro al agua no era una práctica común antes de 1945.
Además, el comisionado resaltó el aspecto económico, indicando que el condado gastaba más de US$800,000 anuales en relación con la fluoración del agua. Calificó este gasto como innecesario y lo vinculó a posibles riesgos para la salud, refiriéndose a la postura del cirujano general de Florida sobre los daños que puede causar el exceso de fluoruro y mencionando que la sustancia puede actuar como un neurotóxico si se consume en exceso.
Para González y quienes apoyaron la medida, esta decisión representa un enfoque que prioriza la prevención y cuestiona la necesidad de añadir esta sustancia al suministro de agua potable del condado.