Noche de contrastes. México recibe a Honduras. Los une el drama extremo: México poco que ganar y mucho que perder. Honduras mucho que ganar y mucho que perder.
Y tal desazón se extiende hasta sus propios entrenadores. Juan Carlos Osorio quiere ir restableciendo esa confianza que acepta que perdió en su trabajo desde el 7-0. Y Jorge Luis Pinto sabe que en la volatilidad de criterios entre los federativos en Honduras, quedar fuera del Hexagonal pondría su nombre en el Aviso Clasificado del desempleo.
Los boletos se regalan en la compra de la canasta básica, y se espera una pobre asistencia, con el juego a media semana, más noche de lo habitual, más el frío y la lluvia, en una situación que jugadores hondureños como Donis Escober y Anthony Lozano ven favorable.
«Siempre será una ventaja para nosotros que el Azteca no se llene», coincidieron, más allá de que juramentaron, como compromiso del vestidor tratar de pintar en el marcador, nuevamente la burla de un Aztecazo.
Con Ángel Zaldívar como ariete, México intentará cerrar el Hexagonal Final con una victoria e invicto en la fase de grupos, repitiendo la jornada del proceso anterior con Chepo de la Torre.
Honduras tiene las cartas sobre la mesa. El empate o la victoria le sellan el pasaporte al Hexagonal. Una derrota lo obliga a ir a sumar y restar respecto a la eventual victoria de Canadá sobre El Salvador.
Honduras puede escribir su destino, pero México tiene la última palabra, jugando de local, y agregando, además, la antipatía acumulada por las bravatas de Pinto cuando dirigía a Costa Rica.
Los dos equipos tienen acertijos en sus alineaciones. Los dos se conocen bien. Tanto Osorio como Pinto, saben las armas secretas en ese arsenal que guardan en sus archivos.
Osorio habló de su preocupación por detener la transición letal de la que hace gala Honduras, especialmente con Lozano y Elis, aunque acusó a su paisano de dar prioridad extrema a defender, siempre con ocho hombres de esa vocación.
Mientras tanto, Pinto, quien jugó agresivo ante Canadá, ha usado, con eficiencia, la línea de cinco, que además, le da referencia de profundidad al ataque, especialmente con Izaguirre.
Aunque el paisanaje pudiera despertar el olfato malicioso de los mal pensados, lo cierto es que Osorio está muy lejos de ser generoso con Pinto.
Incluso en la conferencia de prensa de este lunes, no se refirió al estratega de Honduras por su nombre en ningún momento. «No vine aquí a hablar del entrenador rival», dijo, «que tiene su particular forma de hacer las cosas y que ya todos conocemos».
Y aunque en esa misma conferencia, nuevamente, Osorio dio cátedra de su conocimiento del adversario, lo cierto, sin duda, es que conocer al adversario no le garantiza saber confrontarlo con éxito.
De esa misma manera desnudó, por ejemplo, a Jamaica, Venezuela y Chile en la Copa América Centenario, y sufrió en los tres encuentros, especialmente ante el último con la lápida del 7-0 a cuestas, como mausoleo magnífico de la inoperancia del Tri esa noche.
Fuente: Rafael Ramos Villagrana/ ESPN Digital