SERGIO OTÁLORA/ DLA
En la emblemática Torre de la Libertad de Miami Dade College, escenario de gran simbolismo para los cubanos exiliados, Marco Rubio hizo este lunes el anuncio oficial de su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, bajo la idea central de que él representa el sueño americano para los millones de hispanos que han llegado a este país.
Ante un salón repleto y una cobertura mediática que parecía de final de campaña, Rubio recordó sus orígenes humildes y el de sus padres, quienes según Rubio, lograron a su manera realizar el sueño americano, a pesar de que su madre fue empleada del servicio, cajera y trabajadora en Walmart, y su padre bartender.
Alguna vez Rubio fue calificado como el Kennedy latino, en un exceso tal vez de entusiasmo de alguno de sus seguidores. Pero su juventud, su propia historia familiar, de padres que llegaron antes de la revolución cubana a abrirse un futuro en este país, y sus propias raíces en Florida, donde fue congresista estatal, podrían jugar a su favor, en uno de los estados que será clave en la definición de la contienda electoral de 2016.
El senador por la Florida es el tercer republicano que se lanza al ruedo con el fin de lograr la nominación republicana.
Antes fueron sus colegas de la cámara alta Ted Cruz, de Texas, y Rand Paul, de Kentucky. Se espera que en corto tiempo se lance de manera oficial el exgobernador del Estado del Sol, Jeb Bush, quien sería uno de los más duros contendientes de Rubio. Los dos candidatos apelarían a la base latina, pero tal vez con discursos distintos más que en la forma que en el fondo.