El entramado legal que acompaña la muerte muchas veces suele ser un camino complicado, como bien pudiera suceder en el caso de José Fernández, el héroe de los Marlins fallecido el 25 de septiembre pasado en un accidente marítimo.
Maritza Gómez Fernández, madre del muchacho de Villa Clara, sometió hace unos días una petición en una corte de Miami-Dade para administrar los bienes dejados por su hijo y determinar quién recibirá qué.
Todo parece indicar que José Fernández, ido a los 24 años, no dejó testamento sobre propiedades y cuentas que oscilarían entre los $2 o $3 millones, de acuerdo con estimados que el abogado de la familia, Ralph Fernández, ofreció al diario The Sun-Sentinel.
Como pelotero, José Fernández recibió salarios y bonificaciones de $6.5 millones, y de acuerdo con ESPN los beneficiarios de su legado accederían a un seguro de $1.05 millones por muerte accidental y $450 del seguro de vida de las Grandes Ligas.
Por su juventud, José Fernández todavía no había alcanzado el período de agencia libre, aunque ya comenzaba a ver incrementos en sus arbitrajes y muchos especulaban que una vez en el mercado podría haber obtenido un salario anual de entre $22 y $28 millones.
El cubano era representado por el poderoso agente Scott Boras, quien suele agotar la disponibilidad de sus peloteros con los equipos hasta conducirlos a la agencia libre para maximizar los ingresos.
A principios de noviembre del 2015 los peces indicaron que José Fernández había rechazado una oferta multianual -nunca se ofreció una cifra concreta, pero se rumoraba que rondaba los $50 millones por cinco temporadas- y que no se volvería a hablar del tema hasta que él llegara a la agencia libre en el 2018.
«En la carrera de José es un poco prematuro (hablar de un pacto multianual), porque es muy joven y ha estado aquí apenas un par de años», comentó Boras por esos días. «Muchos de mis jugadores han ido a la agencia libre y firmado con el mismo equipo. Otros no lo han hecho… Miami es un gran sitio para José y su familia. Realmente es una bonita unión».
Su muerte en un oscuro lugar de las aguas cercanas a South Beach -junto a Jesús Macías, de 27 años, y Eduardo Rivero, de 25- pusieron fin a la que pudo ser una de las mejores carreras para un lanzador de todos los tiempos en las Mayores.
Según los documentos presentados en la corte, entre las propiedades se encuentran una casa valorada en $856,550 y un bote Sea Vee con un valor de $235,000, además de otras cuentas.
Según reportes, la hija de Fernández, que nacerá de su unión con María Arias, pudiera heredar los bienes de Fernández, e igualmente las familias de Macías y Rivero podrían demandar el legado financiero del lanzador.
Fuente: Jorge Ebro / elNuevoHerald.com
