Por: Ricardo Montes de Oca
Luego de una primera mitad disputada, los Huracanes se las ingeniaron para pasarle por encima a sus similares de Duke y cerrar la temporada regular con una victoria, 40-21, y una racha de cuatro triunfos seguidos.
Y es que así funcionó Miami todo el año –con rachas de cuatro- consiguiendo victorias en los primeros cuatro duelos, para luego caer en los siguientes cuatro y cerrar con esta última racha, que los deja con marca de 8-4, en una campaña en la que se vieron más aspectos positivos que negativos, en la primera zafra que estuvo a cargo del nuevo entrenador, Mark Richt.
Al final de todo, este fue un año histórico para el conjunto que juega en el Hard Rock Stadium.
Ahmmon Richards despedazó el record del programa de más yardas recibidas por aire para un jugador de primer año, que había implantado Michael Irvin –miembro del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional— a juego y medio de terminar la campaña. Mientras que Brad Kaaya se convirtió en el mariscal con más yardas por aire en la historia de la universidad, que tenía Ken Dorsey con 9.565.
Kaaya consiguió el hito con un gran último encuentro, en el que completó 396 yardas, con 22 pases completados en 35 intentos y cuatro anotaciones sin ninguna intercepción, siendo pilar para su equipo.
Para la temporada que viene sí comenzará a verse la huella de Mark Richt, pues entrarán en acción los prospectos reclutados por él, mientras que la escuadra actual sufrirá varias bajas; las obvias de los “seniors” Corn Elder, Rayshawn Jenkins y Stacy Coley, y con otros jugadores como Kaaya, David Njoku y el propio Richards que podrían verse tentados de ingresar al próximo Draft de la NFL.
Por lo pronto, y a pesar del final de la temporada regular, los Huracanes deben esperar por conocer quién será su próximo contrincante, a quienes enfrentarán en el “Bowl” que disputarán, gracias a ganar un mínimo de seis compromisos en la campaña.