“Realmente fue algo fuerte, el día 7 de noviembre cuando nos dirigimos a una sección de la Seguridad del Estado a preguntar por una persona que había sido arrestada arbitrariamente, en mi caso particular recibí una severa golpiza por los grupos estos de la Seguridad del Estado, otros hombres y mujeres vestidos de civil sin identificación”.
“A partir de esto he vivido toda esta situación de 19 días de un proceso hasta que ayer fui liberado. Dentro del centro donde fui detenido, el departamento técnico de investigación donde se me acusaba de resistencia, realmente ahí no sufrí ningún tipo de maltrato, ni moral ni físico. Fue un proceso muy largo con mucha incertidumbre, con mucha tensión, sin saber exactamente qué es lo que se pretendía”.
“La golpiza fue severa, cayeron sobre mi un grupo de entre 10 y 15 personas que me dieron todo tipo de golpes posibles, patadas, piñazos, me tiraron sobre el piso. Un golpe muy fuerte en el ojo izquierdo, gracias a Dios no dio en el globo ocular, fue en toda la periferia. Muchas patadas, muchos golpes en el tórax cuando me llevaban hacia el carro de la policía para retirarme del lugar”.
“Estuve como cuatro horas en un carro antes de llevarme a un centro de detención. A la llegada al centro de detención estaba este mismo individuo que usa el alias de Camilo, que es de Seguridad del Estado esperándome con otras dos personas que evidentemente intentaron provocarme, me gritaban, me manoteaban, tratando de que yo tuviera alguna reacción. Este individuo que se hace llamar Camilo con una cámara grabando todo para después quizás testificar diciendo que yo me había resistido”.
“Todo eso fue en un momento inicial con mucha violencia, con mucho desprecio por lo que es el ser humano”.
