No son necesariamente las diferencias económicas, religiosas o culturales las que dividen el continente, sino las políticas.
Marcadas diferencias que pueden hacer desestabilizar la región y servir de colaboradores y aliados, por ejemplo, a los grupos fundamentalistas islámicos, que actualmente espantan al mundo entero con sus prácticas de terror.
Así piensa Carlos Sánchez Berzaín, Director del Instituto Interamericano para la Democracia con sede en Miami.
Según Berzaín, este tipo de gobiernos han tomado fuerza en los últimos años gracias a la corrupción, ya que “los ha mantenido en el poder porque pueden comprar alianzas y favores de terceros países”.
Es por eso que resalta aún más lo positivo de la gira presidencial de Obama. Es una forma en la que el mandatario estadounidense demuestra el interés por lo que sucede en Latinoamérica y no solo en el Medio Oriente.
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