“Tenemos un problema muy grave, estamos en este momento atestiguando un cambio, un viraje total en la estrategia del combate a la delincuencia, porque el presidente Funes sustituyó al Ministro de Seguridad Pública, que era un ex-guerrillero, lo ha substituido por un militar retirado. Vamos hacia una militarización de las estructuras de seguridad públicas, muy aplaudida por la mayor parte de la población que está desesperada ante esta situación”.
“El problema de seguridad que está atravesando, no solo El Salvador, sino Honduras, Guatemala, México, es un problema demasiado complejo que no se soluciona, no se resuelve con militarizar las estructuras de seguridad públicas. Tenemos un sistema penitenciario absolutamente sobrecargado, está a punto de explotar todo el sistema de prisiones en El Salvador. No hay recursos, no hay espacio para meter más presos. No hay recursos para incrementar las habilidades de la policía. No hay recursos para que el estado intervenga las zonas en riesgo, es decir, son toda una serie de factores que no bastan con militarizar la seguridad pública. Habría que sumarle muchas cosas, la terrible y lamentable corrupción, la penetración meteórica de los carteles del narcotráfico colombianos y mexicanos en Centroamérica, que efectivamente lo hacen corrompiendo autoridades también. Habría que agregarle a eso lo que dicen los últimos estudios, la tremenda desigualdad que se vive en estos países es una causa primaria de la violencia que atravesamos. Además el gravísimo problema de pandillas”.
“El problema es muy complejo en un país muy chiquito donde cualquier cosa afecta a la mayor parte de la población”.
