“En este caso no hay nada satánico, esto simple y llanamente es un acto que se puede explicar, pero claro, un acto desafortunado. Moralmente, por supuesto inexplicable, pero esta droga que anda circulando en nuestra comunidad que se llama sal de baño, es un alucinogénico de propiedades similares a la LSD que fue popular en los años 70, sin embargo una enésima potencia por encima de esto”.
“Lo que hace esta droga es que cesa, desenchufa, el lóbulo frontal del ser humano. Ya hubo una vez un caso similar con un chimpancé que agredió exactamente, de la misma manera a su cuidadora, le arrancó los ojos y claro es una reacción animal feroz y qué pasa, desafortunada o afortunadamente somos así. Todos los seres humanos tenemos dentro de nosotros un cerebro arcaico que está por debajo de la corteza cerebral que es la parte que se ve de afuera y cuando eso ocurre y se desenchufa, por supuesto el lóbulo frontal que es el más importante se pierde lo que se llama el control inhibitorio, entonces pueden surgir conductas feroces, la persona se convierte en una fiera”.
“Se han hecho experimentos con gatos. Hay una estructura por debajo del cerebro que se llama la amígdala, no la que tenemos en la garganta, sino que esta es una estructura que responde con conductas extremadamente agresivas, pero existen unas vías del lóbulo frontal a la amígdala que la regulan. Una vez que tú cesas ese control inhibitorio, cesa esa cualidad que tenemos de ser humanos”.