En diálogo con el programa Cada Tarde, el analista político Frank Rodríguez ofreció una lectura detallada sobre la derrota de Emilio González y cómo este resultado refleja un cambio significativo en el comportamiento del voto hispano en Miami-Dade.
Rodríguez explicó que González llegaba a la contienda con un currículo sólido, tras haber sido city manager de la ciudad de Miami y director de la oficina de inmigración durante la última administración republicana. Sin embargo, señaló que el candidato no logró capitalizar esa experiencia.
Esto fue un error, especialmente en un momento en que la inmigración es uno de los temas más influyentes entre los votantes latinos del sur de Florida.
“Su trabajo en ciudadanía, residencias y juramentaciones pudo haber sido un activo político enorme, pero no lo enfatizó”, aseguró el analista.
Rodríguez calificó el resultado como un revés para el electorado cubanoamericano, aunque descartó que represente un colapso de su influencia política. A su juicio, lo que evidencia esta elección es un reacomodo del mapa electoral hispano.
Este reacomodo está impulsado por transformaciones demográficas recientes.
Uno de los factores más decisivos, según Rodríguez, es el crecimiento de la inmigración colombiana. Dicho factor está alterando la composición del voto latino y afectando los márgenes tradicionales del Partido Republicano en la región.
Añadió que, aunque existe consenso sobre la necesidad de controlar la frontera, el partido pierde apoyo entre hispanos cuando el mensaje se desplaza hacia políticas de deportación amplia o medidas más severas.
Acerca del apoyo del expresidente Donald Trump a González, Rodríguez consideró que no fue determinante en la derrota. No obstante, sí admitió fallas de estrategia y el impacto de una elección celebrada fuera de los ciclos de alta participación.
Rodríguez también subrayó la pérdida de influencia de la radio hispana de Miami, que históricamente fungió como plataforma decisiva para candidatos latinos.
Recordó que, en los años ochenta, emisoras como WQBA eran capaces de moldear candidaturas —como la del entonces concejal Raúl Martínez en 1981—, un fenómeno que hoy prácticamente ha desaparecido.
Para Rodríguez, la elección deja una conclusión clara: el Partido Republicano deberá reajustar su mensaje migratorio y sus canales de comunicación si pretende reconectar con un electorado hispano cada vez más diverso y menos predecible.