Un juez de Florida declaró inconstitucional el sistema de pena de muerte que rige en el estado, porque no requiere la unanimidad del jurado para la ejecución del reo.
El magistrado del condado de Miami-Dade, Milton Hirsch, se posicionó así en el caso de Karon Gaiter, que se encuentra a la espera de un juicio por el delito de asesinato en primer grado, que podría conllevar la pena de muerte.
«Un difunto no puede estar más o menos muerto. Una mujer no puede estar más o menos embarazada», y, por lo mismo, «un jurado no puede ser más o menos unánime», escribió Hirsch, para mostrarse convencido de que el «veredicto en cada caso criminal en Florida requiere la concurrencia, no de algunos, no de la mayoría, sino de todos los miembros del jurado, de cada uno de ellos».
Por ello, el sistema recientemente promulgado en Florida y denominado de «súper mayoría», por el que se necesitan los votos de 10 de los 12 miembros del jurado para imponer la pena de muerte por asesinato, «va en contra de los veredictos unánimes en el sistema de justicia de Estados Unidos».
El controvertido sistema de pena de muerte de Florida ha sido muy criticado y se encuentra en la mira del Tribunal Supremo federal.
En enero pasado, la máxima instancia judicial del país declaró inconstitucional el sistema de pena de muerte que rige en Florida, porque otorga excesivo poder a los jueces en detrimento del jurado.
Con 8 votos a favor y 1 en contra, el más alto tribunal dictó entonces que el «procedimiento de sentencia» de Florida es «defectuoso», ya que los miembros del jurado «sólo desempeñan un papel consultivo en la recomendación de la pena de muerte», mientras que el juez puede alcanzar una decisión diferente.
El tribunal se posicionó, con esta decisión, en contra de la condena a muerte de Timothy Lee Hurst, sentenciado en el año 2000 a la pena capital por el asesinato de la gerente del restaurante donde este trabajaba en la localidad costera de Pensacola.
La pasada semana, el Tribunal Supremo de Florida escuchó los argumentos orales en el caso de Hurst, con críticos de la ley que arguyen que a todos los 390 presos que se encuentran en el corredor de la muerte se les debería conmutar la pena de muerte por cadena perpetua, debido a que fueron condenados por un «sistema defectuoso».
«La diferencia aritmética entre doce y diez es ligera», pero, para mí, explicó el magistrado Hirsch, no se trata de una cuestión de aritmética. «Es una cuestión de derecho constitucional. Es una cuestión de justicia», aseveró.
Fuente: EFE