Rusia y Estados Unidos pueden trabajar juntos para lograr progresos rumbo a un fin de la guerra en Siria, dijo el martes el secretario de Estado John Kerry en diálogo con el presidente Vladimir Putin, en momentos en que las potencias buscan zanjar sus diferencias respecto a una transición política en Damasco.
«Estamos abriendo el panorama de posibilidades», dijo Kerry al líder ruso al inicio de la reunión. «Juntos, Rusia y Estados Unidos tienen la capacidad de marcar una diferencia significativa», agregó.
«Juntos, Rusia y Estados Unidos tienen la capacidad de marcar una diferencia significativa»
Kerry espera que sus discusiones con Putin y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, preparen el terreno para una exitosa tercera ronda de negociaciones entre potencias mundiales sobre Siria, que ya se confirmó se celebrará el viernes en Nueva York.
«Apoyamos la idea de convocar en Nueva York para este viernes 18 de diciembre una nueva reunión a nivel ministerial del grupo internacional de apoyo a Siria«, declaró Lavrov, cuando hasta ahora Rusia no había querido confirmar ni la celebración de este encuentro ni su participación en éste. Kerry, por su parte, confirmó su realización.
Sin embargo, ambos mandatarios sostuvieron una serie de contrapuntos, ya que no han alcanzado un acuerdo sobre el papel que tendría el presidente sirio Bashar al Assad en una eventual transición política o sobre los grupos rebeldes que deberán ser parte de las conversaciones. El primero se trata del punto más escabroso de las negociaciones actuales.
En efecto, Kerry acusó a Rusia de bombardear a la oposición moderada siria durante la reunión que mantuvo con Putin. «Hemos hablado de nuestra preocupación sobre que algunos bombardeos por parte de Rusia (en Siria) van dirigidos contra la oposición moderada y no contra el Estado Islámico. Debo decir que Putin tomó nota», dijo Kerry, según medios locales.
«Estamos buscando soluciones para la crisis más seria (en Siria)», dijo por su parte el ruso a Kerry antes del inicio de la reunión a puertas cerradas.
«Creo que el mundo se beneficia cuando las naciones poderosas con una larga historia entre sí tienen la capacidad de encontrar un terreno en común«, remarcó.
«Incluso cuando hemos tenido diferencias entre ambos, hemos sido capaces de trabajar con efectividad en asuntos específicos«, agregó.
Rusia, uno de los más firmes aliados de Assad, ha lanzado una ofensiva aérea que dice tener como objetivo a los militantes de Estado Islámico (ISIS, por las siglas en inglés), pero que también da apoyo a las fuerzas del presidente. El Kremlin sostiene que la población siria debería decidir el destino político del mandatario y no las potencias del exterior.