Las fuerzas terrestres israelíes atacaron el martes a insurgentes e infraestructura de Hamás en el norte de Gaza, de donde, según el ejército, unas 800.000 personas han huido desde el inicio de la guerra hace más de tres semanas, mientras los aviones de combate seguían bombardeando el sitiado enclave de punta a punta.
Alentado por el primer rescate exitoso de un cautivo en manos de Hamás, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó los pedidos para un alto el fuego y volvió a prometer que aplastará la capacidad del grupo insurgente para gobernar Gaza o amenazar a Israel tras su sangrienta incursión del 7 de octubre, que desencadenó la guerra.
El ejército dijo que una de las 240 personas que se estima que los insurgentes palestinos tomaron como rehenes durante su asalto fue rescatada en una operación de las fuerzas especiales, lo que respaldó el argumento de Netanyahu de que la campaña terrestre facilitará la liberación de más cautivos en lugar de ponerlos en peligro.
El soldado raso Ori Megidish, de 19 años, estaba “bien” y se reunió con su familia, explicó el ejército.
Hamás ha liberado a cuatro rehenes y dijo que dejaría ir a más a cambio de que Israel libere a miles de prisioneros palestinos, una oferta que fue rechazada. El grupo insurgente divulgó un video corto el lunes en el que se ve a otras tres mujeres cautivas
Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de la Franja han huido de sus hogares y cientos de miles se refugian en las atestadas escuelas gestionadas por Naciones Unidas, convertidas ahora en albergues, o en hospitales junto a miles de pacientes heridos. En los últimos días, los ataques israelíes han alcanzado las inmediaciones de varios centros sanitarios en el norte del enclave, lo que ha alarmado a los doctores.
La ofensiva terrestre israelí está centrada en el norte de la Franja, incluyendo la Ciudad de Gaza, que es el “centro gravitacional de Hamás”, explicó Jonathan Conricus, un vocero del ejército.
“Pero también continuaremos atacando otras partes de Gaza. Estamos cazando a sus comandantes, estamos atacando su infraestructura y donde quiera que haya un objetivo importante que esté relacionado con Hamás, atacaremos», aseguró.
Las fuerzas israelíes han lanzado ofensivas terrestres a gran escala al norte y al este de la Ciudad de Gaza, que antes de la guerra tenía unos 650.000 habitantes — una población comparable a la de Washington, D.C.
Videos difundidos por el ejército mostraban a soldados caminando por una zona abierta, mientras de fondo se escuchan intensos disparos, y estableciendo posiciones en las ruinas de un edificio muy dañado.
Según Conricus, unas 800.000 personas han seguido la orden del ejército de evacuar el norte de la Franja y marcharse al sur. Pero decenas de miles de personas siguen en la Ciudad de Gaza y en sus inmediaciones, se espera que el número de víctimas en ambos bandos aumente a medida que la batalla se traslade a los densos vecindarios residenciales.
El ejército dijo que alcanzó unos 300 objetivos insurgentes durante el último día y que las tropas había librado varios combates contra insurgentes palestinos armados con misiles antitanque y ametralladoras. El brazo militar de Hamás indicó que disparó proyectiles de mortero contra las fuerzas israelíes cerca de un paso fronterizo cerrado con Israel en el extremo sur del territorio. No fue posible verificar los reportes de forma independiente.
Netanyahu dijo que el “logro” alcanzado por las fuerzas de seguridad israelíes “demuestra nuestro compromiso para liberar a todos los rehenes”.
En una conferencia de prensa el lunes en la noche, Netanyahu rechazó las peticiones de alto el fuego para facilitar la liberación de rehenes o el final de la guerra, que dijo que será larga y difícil. “Las exhortaciones para una tregua son exhortaciones para que Israel se rinda ante Hamás”, afirmó añadiendo que “eso no ocurrirá”.
El mandatario, que enfrenta la creciente indignación de los israelíes por no prever el peor ataque sorpresa contra el país en medio siglo, dijo que no piensa renunciar al cargo.
Mientras, la crisis humanitaria en Gaza sigue agravándose ante la escasez de alimentos, medicinas y agua debido al asedio casi total impuesto por Israel.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), afirma que casi 672.000 palestinos se refugian en sus escuelas y en otras instalaciones, que están al cuádruple de su capacidad. Miles de personas entraron a sus almacenes durante el fin de semana para conseguir comida en lo que indicó que es un indicio del creciente descontento de la población civil.
El director de la UNRWA, Philippe Lazzarini, acusó a Israel de aplicar un “castigo colectivo” a los palestinos y de obligarlos a trasladarse al sur de la Franja, donde tampoco están a salvo.
La cifra de fallecidos del lado palestino desde el inicio de la guerra sobrepasó las 8.300 personas, en su mayoría mujeres y niños, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, un dato sin precedentes en las décadas de enfrentamientos entre israelíes y palestinos. Más de 1,4 millones de residentes en el enclave han huido de sus hogares.
En el lado israelí han muerto más de 1.400 personas, sobre todo civiles que perdieron la vida durante el ataque inicial de Hamás y que también es una cifra sin precedentes. Los insurgentes palestinos han seguido disparando proyectiles contra el territorio israelí.
Fuente: AP