La investigación de Díaz estuvo encabezada por la oficina de asuntos internos de Miami-Dade, junto con el Departamento de Cumplimiento de la Ley de la Florida y el grupo especial de corrupción pública de la fiscalía estatal.
El objetivo original, Díaz, de 44 años, está con el departamento desde 1998, con una carrera que está lejos de ser limpia.
En el 2003, la policía lo arrestó por alterar pruebas, un delito grave, después que sacó casquillos de una pistola de su casa cuando llegaron los agentes para investigar una llamada del 911 por un disturbio ocurrido en ella. Un segundo agente, el sargento Thomas Mangan, también resultó arrestado después que los investigadores dijeron que mintió sobre su papel en el incidente.
Desarticulan red de fraude con tarjetas de crédito en Miami
El caso contra Díaz se deshizo, y el arresto se selló y se eliminó de los registros de la corte.
En el 2007, Díaz se unió a la unidad de narcóticos y para octubre del 2008, estaba de vuelta en los titulares, en esta ocasión cuando resultó herido en un tiroteo después que él y otros dos detectives se acercaron a una casa de cultivo de marihuana en Naranja. El pistolero Yoel Padrón-García fue encontrado culpable en un juicio y cumple actualmente una sentencia a cadena perpetua.
En el 2013, Díaz también estuvo involucrado en un tiroteo de la policía contra una casa de cultivo que dejó a un sospechoso muerto y la casa envuelta en llamas.
Los detalles de la más reciente investigación de Díaz surgieron en declaraciones juradas e informes de la policía dados a conocer al Miami Herald bajo una solicitud de registros públicos en el caso criminal contra Socarrás. Las dudas sobre Díaz han circulado durante años, incluyendo al menos seis quejas de robos a sospechosos desde abril del 2007, según los registros de la corte.
Policía de Miramar mata a intruso que entró a la fuerza en su casa
En un caso, Díaz arrestó en junio del 2009 a un hombre llamado Nelson Castineira por posesión de marihuana. Castineira se quejó posteriormente de que se habían perdido tres relojes de pulsera valorados en $3,800. Los registros mostraron que los detectives de narcóticos no incautaron los relojes.
En otro caso, un hombre de Miami arrestado por tener una casa de cultivo de marihuana se quejó de que desaparecieron más de $15,000 de una caja fuerte que registró Díaz, muestran los registros.
Con un número creciente de quejas, la policía y los fiscales obtuvieron autorización de un juez de Miami-Dade para seguir en secreto el camión rentado encubierto que el departamento le dio al detective.
Para implicarlo, los detectives de asuntos internos usaron un informante confidencial con relaciones con el mundo real de las drogas. El informante, en un papel de doble agente, comenzó a dar soplos a Díaz, con lo que ganó su confianza mientras hacía el trabajo preparatorio para la trampa de corrupción.
Hallan inocente a policía de Fort Lauderdale que golpeó a desamparado
Finalmente, el informante le dijo a Díaz que se capturaría a un conocido narcotraficante el 25 de febrero en el Inn de Homestead, junto con efectivo y drogas. Pero lo que no sabían los detectives de narcóticos era que el traficante tenía un nombre falso y era en realidad un agente estatal encubierto.
El escenario estaba listo.
La habitación 236 se preparó con una cámara de video oculta junto con dos libras de marihuana, 137.3 gramos de cocaína en polvo y $14,314 en efectivo. Los billetes estaban marcados para poder seguirlos posteriormente.
El agente encubierto también tenía $3,113 en efectivo en su bolsillo, junto con dos bolsas de vinil con cierre que contenían cocaína.
Esa tarde, el escuadrón de narcóticos observó el hotel – pero no sabían que ellos también eran observados por detectives de asuntos internos y agentes del Departamento del Cumplimiento de la Ley de la Florida.
El agente encubierto salió de su todoterreno en el estacionamiento del Inn. Socarrás lo enfrentó de inmediato, revisó sus bolsillos, le sacó el efectivo y se lo entregó a Díaz, de acuerdo con una orden de registro,
Se pudo ver a Díaz y a otro detective, Darrian Washington, mientras contaban el efectivo dentro del camión de Díaz. El falso narcotraficante les dio su consentimiento para que buscaran en su habitación en el hotel y dentro del todoterreno.
Pero los detectives de narcóticos dieron un paso más, muestran los registros de la corte. Ellos contactaron a un fiscal de guardia – quien no tenía idea de que el caso fuera parte de trampa – y prepararon una orden de registro para la habitación del hotel.
La declaración jurada de la orden escrita por Díaz inventó un escenario de supuestos “hechos” que no ocurrieron en realidad, de acuerdo con los fiscales. La declaración jurada de Díaz informó que el traficante era observado a través de una ventana mientras recogía “la cantidad de delito grave” de marihuana en un paquete claro, algo que nunca ocurrió, de acuerdo con una orden de registro.
“Lo único que tuve en mis manos durante todo el tiempo fue mi nuevo teléfono… y un cigarro electrónico”, dijo después a los investigadores el agente encubierto que se hacía pasar por el narcotraficante. “Ninguno de esos dos objetos se parece a media libra de marihuana”.
El detective encubierto se sentó esposado en la parte de atrás de un auto patrulla mientras la escena era procesada por los detectives de narcóticos. Asuntos internos siguió a Díaz de regreso a la sede de la policía de Miami-Dade, donde entregó $16,127 – $1,300 menos de lo que se había plantado en la trampa.
En una operación cuidadosamente cronometrada, los investigadores de asuntos internos detuvieron a todos los miembros del escuadrón de narcóticos, esposando a cada uno de ellos y llevándolos a un interrogatorio.
Uno de los detectives de narcóticos, Washington, se negó a hablar con los investigadores sin que estuviera presente su abogado. (Desde entonces se le transfirió de narcóticos de regreso a patrullar).
Los agentes encontraron el fajo de dinero perdido, escondido en el sostenedor de espejuelos de sol del auto de Socarrás.
En una entrevista con la policía, un nervioso Socarrás dijo que el fajo de dinero debe haber sido dejado en una bolsa roja de gimnasio y él lo recogió. Socarrás admitió que no llevó el efectivo al salón de propiedades.
“Así, durante ese tiempo usted olvidó por completo esta gran cantidad en un rollo de efectivo”, le preguntó a Socarrás el sargento Matthew Fryer de asuntos internos.
“Sí, lo siento tanto”, dijo Socarrás, quien agregó más tarde. “Se me olvidó por completo”.
En otra entrevista, Socarrás reconoció que se había quedado a propósito con el dinero, mientras narraba su lucha interna.
“Cuando lo debatía, pensé en ello, mi novia no tiene empleo y estamos en dificultades, principalmente para la guardería de mi hijo, que es $170 a la semana, y yo pago la hipoteca”, dijo Socarrás.
También insistió en que el episodio era aislado.
“¿Sabe de alguien en la oficina de narcóticos que robe dinero o robe narcóticos?” le preguntó Fryer.
“No”, respondió Socarrás.
La semana pasada, los fiscales instruyeron de cargos a Socarrás por robo en gran cuantía. No se ha establecido aún una fecha para el juicio.
Fuente: Elnuevoherald.com