Un estudio encomendado por el Senado de Estados Unidos advierte que los esfuerzos de las agencias de espionaje estadounidenses para impedir que China y otros adversarios roben secretos se ven obstaculizados por la falta de comunicación, dinero y personal en la oficina encargada de coordinar esas tareas.
Se han multiplicado las advertencias de que los intentos chinos y rusos de obtener datos confidenciales y entrometerse en las elecciones están en aumento.
El informe de la Comisión de Inteligencia del Senado difundido el martes dice que el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad (NCSC por sus siglas en inglés), que se supone debe coordinar los esfuerzos en el gobierno, no tiene una misión clara y su autoridad es limitada. El NCSC no puede financiar ni encomendar programas de muchos organismos del gobierno o empresas privadas que poseen secretos codiciados por los servicios de espionaje extranjeros.
Los agentes de inteligencia discrepan acerca de quién debe dirigir las respuestas a los ciberataques y las campañas que intentan influenciar a los ciudadanos, y si se las debe calificar de contrainteligencia, dice el informe.
Desde hace tiempo Washington acusa a Beijing de aprobar campañas para robar secretos mediante el espionaje, ciberataques y el espionaje empresarial, así como la difusión de desinformación sobre la pandemia de COVID-19 y ver cómo ejerce influencia sobre la democracia. El FBI dijo que inicia una nueva investigación de contrainteligencia sobre China cada 10 horas en promedio.
“El gobierno chino está empeñado en robar su tecnología —lo que sea que hace funcionar a su industria— y usarlo para socavar su negocio y dominar su mercado”, dijo el director del FBI, Christopher Wray, en un discurso a empresarios en Londres. “Y están empeñados en usar todas las herramientas de que disponen para lograrlo”.
El informe del Senado se concentra principalmente en NCSC, un organismo de la oficina del Director Nacional de Inteligencia. Esta fue creada en 2004 tras los ataques del 11 de setiembre de 2001 y la revelación de que las agencias no intercambiaron información sobre algunos de los implicados en los secuestros de aviones.
El objetivo de la oficina era coordinar las prioridades entre las 18 agencias de inteligencia y garantizar el intercambio de información a través de centros cono el NCSC, que coordinaría el trabajo de contraespionaje del FBI, la CIA y otras agencias.
Pero este centro ve obstaculizada su tarea por la burocracia, dice el informe. Los obstáculos incluyen no puede contratar empleados rápidamente; no tiene autoridad para aplicar estrategias nacionales; y no puede financiar programas de contraespionaje por fuera de las agencias, sea en otras partes del gobierno o en el sector privado.
Fuente: AP