Sergio Boffeli: “No estábamos preparados para enfrentar un huracán de una categoría considerable. Los reportes indicaban que hubieron ráfagas de 341 kilómetros por hora, antes que los instrumentos fueran destruidos por el viento, entonces no sabemos si después de haber sido destruidos el viento pudo haber alcanzado cifras superiores. No estábamos preparados, nos tomó por sorpresa”.
Charles Danger: “Esta es una combinación donde todo el mundo tiene que entrar en juego, el contratista, el inspector, el ingeniero o arquitecto que diseña los planos. Las tres partes de la industria tenemos que estar de acuerdo en lo que estamos haciendo para poder entregarle al consumidor un producto que valga la pena y un producto donde ellos se sientan tranquilos y seguros que cuando venga el próximo huracán por lo menos va a haber un techo y una casa. Quizá no va a haber electricidad por un tiempo, pero vamos a tener donde dormir. Lo que no puedes perder en una comunidad es la infraestructura, porque pierdes la infraestructura como pasó en Andrew y estás completamente desamparado”.