En una histórica comparecencia ante el Parlamento, el presidente François Hollande, destacó que Francia «está en guerra» pero no contra una civilización, sino contra unos «villanos que dispararon contra una multitud desarmada».
Es la tercera vez que un líder de Francia se dirige a una sesión conjunta del Parlamento desde 1848. Hollande ratificó en el acto que los atentados fueron dirigidos desde Bélgica y ejecutados en Francia con la complicidad de personas dentro del país; es por esto que pidió una modificación de la Constitución que permita deportar y retirar la nacionalidad a personas que estén vinculados con actividades terroristas.
Hollande ratificó que dio la orden de que fueran bombardeado el centro de comando del Estado Islámico y destacó que la amenaza terrorista se cierne sobre todo Europa, Estados Unidos y Rusia. En ese sentido, anunció que se reuniría con los presidentes de esos países para coordinar acciones.
«Creen que nos doblegarán por el horror», aseguró el presidente en su discurso frente al Parlamento. «Debemos destruir al EI. Unir fuerzas porque el terrorismo se combate en todos lados».
Hollande fue más allá, y consideró que el Estado Islámico no debe ser contenido, sino «destruído»
Las víctimas de los ataques del 13 de noviembre eran ciudadanos de «19 nacionalidades distintas», agregó, al tiempo que indicó que intensificarán los ataques contra Siria.
El presidente de Francia también prorrogó por tres meses el estado de emergencia declarado en Francia.