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Historia muestra que Norcorea espera y ataca

por actualidad

SEUL, Corea del Sur (AP) — Si la historia reciente coreana no miente, la alternativa sería grave: Puede ser sólo cuestión de tiempo para que Corea del Norte lance un ataque repentino y mortal contra el Sur; y quizá lo más inquietante es que Seúl ha dicho que esta ocasión responderá con un golpe incluso más fuerte.

Humillada por ataques anteriores, Corea del Sur dijo el martes que rechazará con fuerza la próxima agresión del Norte, lo cual abre la perspectiva de que una escaramuza se convierta en una guerra generalizada.

Perdida entre las bravuconadas de Corea del Norte que capturan los titulares sobre ataques nucleares contra Washington en represalia a las sanciones de Naciones Unidas se halla una simple oración en un comunicado que emitió el 5 de marzo el Comando Supremo del ejército de ese país. Dice que Corea del Norte «lanzará un ataque justiciero sin límite contra cualquier objetivo, al momento que le plazca».

Esas palabras remiten al pasado reciente, cuando Pyongyang, furioso por lo que percibió como desaires, se tomó su tiempo para vengarse de Corea del Sur, su persistente rival. A las represalias juradas tras los enfrentamientos navales con Corea del Sur en 1999 y 2009, por ejemplo, siguieron derramamientos de sangre, como los ataques de los que se responsabilizó a Corea del Norte y en los que perdieron la vida 50 surcoreanos en 2010.

Esos ataques ocurridos hace tres años «son recordatorios frescos de la capacidad y las intenciones del régimen», escribió Bruce Klinger, ex funcionario de inteligencia estadounidense que ahora se encuentra en el instituto de investigaciones Heritage Foundation en Washington, en un texto difundido recientemente.

Es casi el reflejo de una imagen de las actuales tensiones ocurrió en 2009, cuando Naciones Unidas aprobó sanciones contra Corea del Norte porque ésta había realizado pruebas nucleares y con misiles, y Pyongyang respondió con furia. En noviembre de ese año, Seúl proclamó que había ganado una batalla marina contra el Norte y Pyongyang juró que se vengaría.

En marzo de 2010, el Cheonan, un barco de guerra surcoreano de 1.200 toneladas, estalló y se hundió en el mar Amarillo. Murieron 46 marineros. De acuerdo con una investigación internacional que encabezó Corea del Sur, el Norte torpedeó la nave, acusación que fue rechazada por Pyongyang.

El hundimiento del Cheonan quizá fue una represalia por la derrota naval de cuatro meses antes, dijo Koh Yu-hwan, especialista sobre asuntos norcoreanos en la Universidad de Dongguk, de Seúl.

En noviembre de 2010, el Norte advirtió a Corea del Sur que cancelara sus maniobras rutinarias de artillería con munición viva en la isla de Yeonpyeong, ubicada a sólo 11 kilómetros (siete millas) de Corea del Norte, en aguas del mar Amarillo que Pyongyang reclama como propias.

Corea del Sur prosiguió con las maniobras y efectuó disparos, según Seúl, hacia aguas distantes de territorio norcoreano. Corea del Norte disparó fuego de artillería que cayó en la isla, donde causó la muerte de dos civiles y dos infantes de marina.

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El periodidsta de The Assocaited Press, Hyung-jin Kim, contribuyó a este despacho.

Copyright 2013 The Associated Press.

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