La vicepresidenta Kamala Harris se movilizó rápidamente para obtener el respaldo de los delegados demócratas a su campaña por la Casa Blanca luego que el presidente Joe Biden se retirara de la contienda presidencial en medio de dudas dentro de su partido sobre sus posibilidades de vencer al republicano Donald Trump.
La salida de Biden el domingo, provocada por las preocupaciones demócratas sobre su aptitud para el cargo, fue un cambio sísmico en la contienda presidencial que trastocó los planes cuidadosamente trazados de los dos principales partidos políticos rumbo a las elecciones de 2024.
Con el objetivo de dejar atrás semanas de drama intrapartidista sobre la candidatura de Biden, destacados funcionarios electos demócratas, líderes del partido y organizaciones políticas se alinearon rápidamente detrás de Harris pocas horas después que Biden anunció que no buscará la reelección.
La decisión de Biden deja a sus delegados libres para votar por quien quieran. Harris, a quien Biden respaldó después de poner fin a su candidatura, es hasta ahora la única candidata declarada abiertamente y trabaja para conseguir rápidamente el respaldo de la mayoría de los delegados.
Los respaldos adicionales del lunes, incluyendo el gobernador de Maryland, Wes Moore; la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer; el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, y el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, redujeron la lista de rivales potenciales para Harris.
La presidenta emérita de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien había sido una de las personas que se resistieron a Harris, inicialmente alentando una primaria para consolidar al eventual nominado, respaldó a Harris el lunes. Pelosi dijo que estaba brindando su “apoyo entusiasta” al esfuerzo de Harris por liderar el partido.
Más de 1.000 delegados comprometidos han comentado a The Associated Press o anunciado que planean apoyar a Harris en la convención, que es más de la mitad de los delegados que la vicepresidenta necesita para conseguir la nominación. Las normas del Comité Nacional Demócrata fijaron recientemente en 1.976 los delegados comprometidos para ganar la nominación.
Obtener la nominación es solamente el primer paso de una asombrosa lista de tareas políticas pendientes para ella luego de la decisión de Biden de abandonar la contienda, de la que se enteró en una conversación telefónica con el presidente el domingo por la mañana. Si logra asegurar la nominación, también debe elegir un compañero de fórmula y poner en marcha una operación política masiva para impulsar su candidatura en lugar de la de Biden cuando faltan poco más de 100 días para el día de las elecciones.
El domingo por la tarde, la campaña de Biden cambió formalmente su nombre a “Harris para Presidenta”, lo que refleja que ella está heredando una operación política de más de 1.000 colaboradores y un fondo que ascendía a casi 96 millones de dólares a finales de junio. El lunes por la mañana se hizo más grande: la portavoz de la campaña, Lauren Hitt, informó que Harris había recaudado 49,6 millones de dólares en donaciones en las primeras 15 horas después de recibir el respaldo de Biden.
Harris pasó gran parte del domingo rodeada de familiares y personal, haciendo más de 100 llamadas telefónicas a funcionarios demócratas para conseguir su apoyo a su candidatura, según una persona familiarizada con el asunto y que habló bajo condición del anonimato. Se produce mientras trata de que su partido supere las dolorosas disputas públicas que definieron las semanas posteriores al desastroso debate de Biden con Trump el 27 de junio.
En sus conversaciones con líderes del partido, Harris expresó su gratitud por el respaldo de Biden, pero insistió en que buscaba ganarse la nominación por derecho propio, de acuerdo con la persona.
En una señal de que el Partido Demócrata se estaba uniendo en torno a ella, Harris obtuvo rápidamente el apoyo de los líderes de varios grupos y organizaciones políticas influyentes, como el AAPI Victory Fund, centrado en los votantes asiático-americanos y de las islas del Pacífico, The Collective PAC, centrado en el fortalecimiento del poder político negro, y el Latino Victory Fund, así como de los presidentes del Grupo Progresista del Congreso y del Grupo Hispano del Congreso y de todo el Grupo Negro del Congreso. Harris, de ser elegida, será la primera mujer y la primera persona de ascendencia sudasiática en ser presidenta.
Cabe destacar que un puñado de hombres que ya se habían barajado como posibles compañeros de fórmula de Harris —el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, y el senador de Arizona, Mark Kelly— también emitieron rápidamente declaraciones apoyándola. Asistentes de Shapiro y Cooper confirmaron que Harris habló con ellos el domingo por la tarde. En su breve llamada con Cooper, el gobernador de Carolina del Norte dijo a Harris que la apoyaba para ser la candidata demócrata, según la portavoz de Cooper, Sadie Weiner.
En un indicio sobre cómo tendrá que equilibrar su trabajo diario y su nuevo papel como contendiente a la candidatura, Harris hizo su primera aparición pública el lunes por la mañana en la Casa Blanca, donde abrió su discurso ante los equipos campeones de atletismo universitario elogiando el “inigualable” legado de Biden, diciendo que estaba “profundamente agradecida por su servicio a nuestra nación”.
Harris reemplazó en el evento a Biden, quien se está recuperando en su casa en Rehoboth Beach, Delaware, después de contraer COVID-19 la semana pasada.
Más tarde tenía previsto viajar a Wilmington, donde Biden tenía su sede la campaña, para reunirse con su nuevo personal de campaña.
A través de un comunicado, Harris elogió el “acto desinteresado y patriótico” de Biden al decidir abandonar la contienda y reiteró su intención de “obtener y ganar” la nominación de su partido.
“Haré todo lo que esté a mi alcance para unir al Partido Demócrata —y unir a nuestra nación— para derrotar a Donald Trump y su extrema agenda del Proyecto 2025”, subrayó.
Fuente: AP