El gobierno de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, y el partido del expresidente Evo Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), buscaban acercamientos para restaurar la paz en el país y celebrar elecciones en los próximos tres meses, en medio de fuertes movilizaciones de partidarios del exmandatario, informaron las autoridades.
El primer acercamiento se dio el jueves en la noche con la renovación de la dirección de las cámaras legislativas, presididas por legisladores del MAS.
“Queremos dar la respuesta más pronta para pacificar el país y para una elección sana, saludable y pronta”, dijo Mónica Eva Copa, que fue confirmada como presidenta del Senado con los votos del partido Unidad Democrática (UD) de Áñez.
Morales renunció el domingo por la presión del ejército tras protestas en todo el país por un supuesto amaño en los comicios del 20 de octubre, en los que declaró su reelección para un cuarto mandato. Una auditoria electoral de la Organización de Estados Americanos halló irregularidades generalizadas.
La recomposición de la dirección de la cámara alta es un primer paso para activar el proceso legislativo “que debe aprobar la ley de convocatoria a elecciones”, dijo a The Associated Press la senadora de UD Carmen Eva Gonzales.
Sin embargo, su compañero de partido Oscar Ortiz calificó la sesión de ilegal por falta de quórum.
Por otra parte, el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano, confirmó que gobierno y opositores “estamos en una mesa de diálogo, conversando. Creemos que es posible pacificar el país”.
En esos esfuerzos participarán la Conferencia Episcopal de Bolivia y Jean Arnault, enviado especial del secretario general de Naciones Unidas, que llegará a la capital, La Paz, el viernes.
Todas las partes marcaron como prioritaria restauración de la paz en un país convulsionado desde los comicios del 20 de octubre. Más de 10 personas murieron en las protestas que, en un primer momento, estuvieron impulsadas por opositores y líderes cívicos contra del fraude.
Ahora son sindicatos afines a Morales los que se manifiestan a diario en rechazo a Áñez y pidiendo el regreso del exmandatario
En La Paz, algunas gasolineras se quedaron sin suministro por los bloqueos de carreteras en la cercana ciudad de El Alto, un bastión de Morales y un importante punto de distribución de combustible.
Las autoridades detuvieron a más de 100 personas el jueves y decomisaron dinero, palos, cuchillos, explosivos de pirotécnica y bombas caseras cuando cocaleros y campesinos afines a Morales pretendían ingresar a Cochabamba, en el centro del país, para una protesta, según reportó la policía.
Jeanine Áñez, la vicepresidenta del Senado que reclamó la presidencia interina del país, dijo el jueves que Morales no puede postularse como candidato en unas nuevas elecciones, aunque el derrocado mandatario sigue siendo el presidente de la nación andina dado que la Asamblea Legislativa no aceptó todavía su renuncia.
“La asamblea tiene que rechazar o aprobar la renuncia. Hasta ahora no aprobaron ni rechazaron” por lo que se pueden considerar aún presidente, apuntó Morales en una entrevista con The Associated Press el jueves en México, donde recibió asilo político.
Parte de la oposición a Morales nació de su rechazo a aceptar el resultado que un referéndum que le habría prohibido presentarse a la reelección.
Tras su dimisión, no estaba claro si la autoridad electoral boliviana tendría que prohibirle formalmente postularse a unos nuevos comicios.
El partido de Morales, MAS, “tiene todo el derecho para participar en elecciones, que busquen candidatos”, declaró Áñez.
El nuevo gobierno interino de Bolivia comenzó a recibir reconocimiento internacional, pero enfrentó desafíos a su legitimidad dentro de sus fronteras.
Por otra parte, el gobierno interino acompañó el jueves a reporteros a una visita por el edificio de oficinas presidenciales de 29 plantas y con un helipuerto construido por Morales, y que sus rivales criticaron por ser uno de sus excesos. En la planta 24, la vacía suite presidencial tiene un mural que incluye a líderes como Nelson Mandela y Fidel Castro; una sala de lectura con varias biografías de Morales; unas pocas prendas en la habitación principal, y un jacuzzi.
Morales cambió la política de este país gobernado durante décadas por descendientes de europeos de tez más clara al revertir la profunda desigualdad. La economía creció con fuerza gracias a la subida del precio de las materias primas. Además, promulgó una nueva Constitución que creó un Congreso con escaños reservados para minorías indígenas y de permitir el autogobierno de las comunidades nativas.
Aunque algunos de sus seguidores se mostraron descontentos por su insistencia en aferrarse al poder, Morales sigue siendo una figura popular, especialmente entre los aymara, la etnia a la que pertenece.
Fuente: AP